«La alegría es el sello que da alas a amar»
La Catedral de Barcelona acoge la última conferencia cuaresmal del Mons. Sergi Gordo, obispo auxiliar de Barcelona, en la que nos exhortaba a vivir la verdadera alegría con nuestros hermanos

Este último miércoles de marzo ha tenido lugar la última Conferencia Cuaresmal del obispo auxiliar de Barcelona Mons. Sergi Gordo en la Catedral. En total, han sido tres conferencias donde la palabra del Papa Francisco ha sido la detonante de la reflexión, planteando: ¿Qué espera de nosotros el Francisco? Como respuesta, en la primera sesion se dijo que «vivamos en santidad» (cf. GE 14); en segundo lugar, que «ofrezcamos la vida a Jesucristo» (cf. EG 49) y, finalmente, «que cultivemos la verdadera alegría» (EG 3 y GE 128). En este sentido pues, en esta última conferencia en la catedral de Barcelona se planteó, «el requisito imprescindible para contagiar el amor hacia el Señor».
¿Dónde? Allí donde está el Señor
«Somos invitados a no teorizar, sino a hacer experiencia de la alegría. Allí donde nos encontramos, sea donde sea», exponía el obispo. Por qué a veces no actuamos así? – se preguntaba. Según Mons. Sergi Gordo, el problema a menudo somos nosotros, ya que, «no nos damos cuenta de que ante nosotros hay una Tierra Sagrada donde se encuentra el Señor». Tal y como afirmó, «en Él encontramos la fuente de nuestra vida que no depende de las circunstancias porque es la alegría del Señor». «Un estado que cuando el sabes vivir, permanece para siempre», dijo.
De camino a la Pascua
Mons. Gordo alertó que a veces, hacer esta invitación a la alegría puede parecer «insultante en plena Cuaresma» o, incluso, obscena ante tanto sufrimiento en el mundo. Ahora bien, donde el obispo Sergi quería llegar, era en que todos los cristianos «llevamos dentro un anhelo de alegría que es difícil de ahogar«. «Porque la cuaresma debe ser vivida como la preparación de alegría de la Pascua«. «Esto es el ADN del Evangelio!», exclamó el obispo.
Alertó de «no dejarse deslumbrar por sucedáneos de alegría«, como algunos estados de ánimo disfrazados, por eso aconsejó. «Debemos hacer discernimiento». «Porque, la verdadera alegría es don y es tarea. Y, a veces, no nos damos cuenta de que, incluso, las alegrías que integran el fracaso, la fragilidad o el sufrimiento, pueden ser las más sinceras«, dijo.
Como ejemplo, de alegría, el obispo mencionó el icono de Jesucristo lavando los pies a los discípulos. Así, Jesús mostraba su alegría de entrega a los demás. «Esta es el icono y la verdadera alegría – decía el obispo- i la encontramos cuando la buscamos en la alegría de los demás y la queremos promover».
Una humildad sentida
«Pero, en qué consiste la verdadera alegría? Miremos a Jesucristo! Qué paciencia tuvo! La verdadera alegría está en la humildad!» – exclamaba el obispo Sergi-. Sin embargo, advirtió que no es fruto del ego, sino que vive en «el aquenosi», es decir, el desprendimiento.
«Hoy debemos cultivar esta alegría! – exhortaba a los asistentes – Cómo lo podemos hacer? Una alegría que transmitimos y compartimos. Por eso, me duele cuando el otro no está contento, pero consecuentemente me alegro cuando desprende felicidad. Es un los grandes puntos de conversión cuaresmal, que radica en alegrarnos por la felicidad de nuestro hermano! Es el sello de un plus que te da alas para ir adelante y así servir y amar «.
Entonces, ¿Qué espera el Papa?
Finalmente, Mons. Sergi Gordo dio algunas pistas para cultivar esta alegría. De entrada, «huir del caos o poner las cosas en su sitio». Tal como dijo, «alejarnos de los imperativos del marketing y discernir para no caer en compensaciones insanas«. «Siempre hay que privilegiar la calidad por sobre la cantidad», aconsejaba el obispo. Sobre todo,»cuidándonos mucho unos a otros y evitando el desánimo por las adversidades».
Resumiendo «nuestro camino hacia la santidad debe ser fuente que nos humanice». Más santos es más humanos y más hermanos. «Así pues, ¿qué espera el Francisco? Que vivamos con amor la santidad, gozosos y la amistad con el Señor», dijo el obispo Sergi.