La JOC celebra la ‘Festa de l’Acció’

Los jóvenes de la entidat muestran al barrio lo qué han estado trabajando y qué transformaciones personales y colectivas se han dado a lo largo del curso

Vemos constantemente situaciones de desigualdad a través de nuestro televisor. Las vemos en nuestros barrios, en el metro, en casa del vecino o nos las cuentan nuestros amigos. Las vemos muy cerca de nosotros. El problema reside cuando esta desigualdad acaba normalizándose. Nos acostumbramos a la injusticia y convivimos con ella como si se tratara de una parte incómoda e indisociable de nuestras vidas. Los y las jóvenes de la JOC (Joventut Obrera Cristiana) se han percatado de lo ilícito e irreal que resulta esta aceptación de lo injusto y han centrado el foco de sus reivindicaciones a lo largo de este curso en detectar y combatir actitudes racistas en sus ambientes y en potenciar la diversidad en todos los sentidos. Este curso ha supuesto el cierre a una campaña de dos años que lleva por lema: ‘Trenquem el mur de la desigualtat, construïm comunitat’.

El punto y final a este proceso de dos años fue el pasado 2 de junio en la Plaça del Centenari, en Badalona en forma de fiesta. La Festa de l’Acció es el momento en que todas las federaciones que componen la JOC Nacional de Catalunya i les Illes muestran al barrio qué han estado trabajando y qué transformaciones personales y colectivas se han dado a lo largo del curso.

Resultado de dos años

En esta jornada asistió cerca de medio centenar de personas. Entre risas y anécdotas, iban mostrando todo el trabajo realizado entre los cursos 2016-2018, se ha respirado reivindicación e inconformismo con aquello que juzgan intolerable de esta sociedad que está acostumbrada a beber y bañarse en injusticias.

La fiesta dio comienzo con una feria de entidades en que se enseñaba cómo y qué habían reivindicado, no solo las cinco federaciones de la JOC Nacional, sino también Unitat Contra el Feixisme i el Racisme, una representante de Stop Mare Mortum, que participa de la Tancada de Badalona, una iniciativa que lucha contra la ley de extranjería. También se pudo contar con la presencia de las Libélulas. Además de estas entidades, también se personaron representantes de los Joves d’Esquerra Verda y de Esquerra Republicana de Catalunya. Contactos con mezquitas para conocer su realidad, partidos de fútbol por la convivencia en igualdad, concentraciones, manifestaciones, charlas para ayudar a concienciar a la ciudadanía y acercarse a la realidad de las personas que sufren racismo o conciertos solidarios fueron algunos de los resultados que se dieron a conocer en esta jornada de reflexión, lucha y protesta.

Trabajo en común

La fiesta prosiguió con la lectura del manifiesto en que se exponían a qué constataciones llegaban a partir del trabajo de la campaña, qué reivindicaciones hacían, como por ejemplo dignificar la situación de las personas que sufren discriminaciones o la voluntad de derribar todo muro existente, físico o metafórico y la necesidad de romper fronteras y apostar por la integración real de las personas allí donde quieran estar.

Para ello, los y las jóvenes de la JOC son conscientes de que no tiene sentido una lucha disgregada y caótica y quieren apostar por el trabajo aunando fuerzas con entidades y ser parte de un tejido  asociativo que nutra y dé fuerza a sus aspiraciones de construir un mundo mejor para los jóvenes de la clase obrera. Muestra de esto fue el acto simbólico que se llevó a cabo explotando globos después de leer todas y cada una de las once reivindicaciones que la Tancada contra el Racisme i pels Drets de Migrants i Refugiades propone para combatir una ley, la de extranjería, que no es justa y que no respeta la dignidad del ser humano.

Oración y cena

La parte de la reflexión llegó de la mano de la oración. Momento clave para tener presente los valores del Evangelio y Jesús. Poco a poco, se fue poblando la copa de un árbol, dibujado en el suelo. Se ponían reflexiones en forma de hoja de todas las personas asistentes al acto.

Una cena en el suelo en comunidad y un baile fueron el festejo final. Así finalizó la jornada donde enseñaron y vieron que siempre hay esperanza si la gente está unida. Cuando la sociedad es sensible a entender qué pasa a su alrededor. Porque las fronteras, el odio, el desconocimiento y el miedo a lo distinto originan el racismo en nuestros barrios.

La voluntad de querer acercarse al otro y conocer su realidad y su historia son fundamentales. Poder tejer una sociedad intercultural e inclusiva. Una sociedad, que combata con la alienación que nos propone este mundo consumista e individualizador.

Texto: Daniel López Flores
Fotografía: Blanca Ruiz Durán

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