Zuñiga: «El fruto está en el esfuerzo»
Descubre la historia de la Lupita, misionera que trabaja por los migrantes a Nador, testigo de la campaña 2019 de Manos Unidas

“Me gusta la gente que lucha contra adversidades. Me gusta la gente que busca soluciones. Me gusta la gente que valora a sus semblantes no por un estereotipo social ni por cómo lucen”. Esta frase del escritor Mario Benedetti es uno de los lemas que Manos Unidas toma por la erradicación del hambre y la pobreza en el Tercer Mundo. Así, Manos Unidas es una ONG formada por voluntarios con ganas de acabar con la pobreza, entre ellos, Lupita Zuñiga.
El testigo de Lupita Zuñiga
Guadalupe “Lupita” Zuñiga es religiosa y trabaja desde el 2015 en el servicio de la Delegación de Migraciones en Nador (Marruecos). Así, es responsable de la casa de acogida de la población migrante vulnerable. También, hay que destacar que pertenece a la congregación Franciscana Misionera de Maria.
¿Su misión? Albergar a los subsaharianos con problemas de salud que ya no requieren estar hospitalizados. Estos, pero, dadas sus condiciones, no pueden volver a los bosques (en los cuales se refugian antes de intentar saltar las vallas). Por lo tanto, son atendidos por Franciscanas Misioneras.
La situación de las personas migrantes
A veces son hombres que se recuperan de sus heridas y fracturas después de intentar saltar la valla, así como mujeres que han dado a luz o han abortado, muchas veces por las condiciones de dureza en las cuales viven. También hay casos de SIDA avanzado, amputaciones por problemas de riego vascular, curas de heridas complicadas. Un conjunto de problemas sanitarios que Lupita y sus compañeras afrontan con esperanza y determinación.
Los migrantes normalmente están desinformados o llegan con informaciones falsas… Así, hay que informarlos de los acuerdos internacionales y sus aplicaciones. A tal efecto se posa a su disposición un test-cuestionario con una metodología participativa generando debate entre ellos por medio de la reflexión y el trabajo en grupo.
Al migrante se le hace llegar afecto porque con gestos concretos de proximidad se gana su confianza. Se tiene con ellos una actitud de escucha, se los abraza, no hay miedo a contagios, se los acoge el que ofrecen… Fruto de esta labor de amistad, brotan del migrante gestos y palabras de gratitud. Se trata de un reconocimiento que son su apoyo, los ven como familia, amigos, personas que quieren su bien y están apostando incondicionalmente por ellos.