Secuestros y persecución en África
La Sociedad de Misiones Africanas explica la situación de violencia que sufren los habitantes de la región africana del Sahel

Esta semana, el reportaje de Rome Reports nos lleva hasta África. Concretamente, en los últimos años, la región del Sahel, que sufre una ola de inesperada violencia. Países como Malí, Níger o Burkina Faso se encuentran invadidos por milicias de mercenarios y de yihadistas que responden a múltiples intereses.
Intereses y violencia
El Superior General de la Sociedad de las Misiones Africanas (SMA), P. Antonio Porcellato explica que «hoy día el Sahel interesa mucho». «Todos los grandes países tienen intereses en la zona porque hay materias primas y recursos mineros. También encontramos redes de tráfico de seres humanos», añade. Según el P. Porcellato «se disputa el control de un lugar militarmente estratégico para lo que se utiliza en grupos yihadistas. Los que se encuentran en medio de estas tensiones son los más pobres y también nosotros los misioneros, también la Iglesia».
Uno de estos misioneros, víctima de esta violencia, es el padre Pierluigi Maccalli, de la Sociedad de Misiones Africanas, que fue secuestrado en Níger en septiembre de 2018. El misionero se encuentra todavía en paradero desconocido, seguramente en algún lugar entre Níger, Burkina Faso y Mali.
Superior General, se cuestiona que «estará haciendo, como hará sin poder celebrar la misa, sin poder rezar, sin libros… Él tiene un carácter bondadoso y abierto. Quién sabe si, incluso, habrá entablado un diálogo con sus segrestadores – se pregunta el religioso-. Quién sabe si estará teniendo una vida hasta normal con ellos». «El echamos de menos y él seguro nosotros. Esta situación es una continua provocación respecto preguntarnos qué quiere el Señor».
Misiones Africanas
La Sociedad de Misiones Africanas, una congregación que lleva desde el siglo XIX en África y tiene presencia en 17 países del continente. Porcellato conoce desde hace años el padre Maccalli y el trabajo que desarrollaba en Níger, a Bomoanga, una misión que incluso tuvo que cerrar durante un tiempo por razones de seguridad.
Respuesta Santa Sede
El Papa está al corriente de esta difícil situación. Encontró, hace poco, estos misioneros en el Vaticano y tuvo para ellos unas palabras de aliento y consuelo: «Quisiera asociarme a vuestra oración por su hermano, el padre Pierluigi Maccalli, secuestrado desde hace meses a Níger» .
«Ha conmovido muchos su recuerdo del padre Gigi, – explica el Superior de SMA- su oración por él y el hecho de que la Santa Sede trabaje en que se resuelva este secuestro». «Seguimos teniendo esperanzas. Recordemos una frase del Señor, «Yo estoy aquí, no temas», y estamos seguros de que el padre Maccalli también la recordará, es más, hará experiencia de ella».
Se trata de un secuestro, que es reflejo de la creciente inestabilidad de la zona provocada por la violencia, el crimen organizado y la proliferación de ideologías yihadistas que están poniendo en peligro, especialmente, a la población cristiana.