Lucha contra el abandono escolar en Marruecos

Mohamed Fuad Amrani, director de la asociación ATIL, habla sobre la prevención de la exclusión social en el marco de la LXI Campaña de Manos Unidas sobre las consecuencias del deterioro medioambiental

Mohamed Fuad Amrani, contraparte de Manos Unidas en Marruecos y director de la asociación ATIL, trabaja contra el abandono escolar, la exclusión social y la radicalización de los jóvenes. La Asociación Tetuaní de Iniciativas Sociolaborales (ATIL) es una ONGD marroquí nacida en 1993 en la ciudad de Tetuán que trabaja en el ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo, llevando a cabo más de 53 proyectos.

El trabajo de ATIL se centra en poner en marcha metodologías innovadoras para la gestión de centros públicos de educación y formación. La línea de estrategia adoptada por la entidad se ha orientado al fortalecimiento de las políticas públicas en materia de educación para la lucha contra el abandono escolar y los fenómenos que derivan en la exclusión socioeducativa de jóvenes. “ATIL se dedica a crear contenidos, hace guías y metodologías para profesores y educadores, desarrolla modelos de intervención que se pueden incluir en los proyectos educativos integrales de alguna manera para mejorar la gobernanza del sistema educativo” asegura Amrani.

Conoce a Mohamed Fuad Amrani y los proyectos de la Asociación ATIL:

Abandono escolar, exclusión social y violencia

Prevención es la palabra que define a ATIL. Todos sus proyectos tienen un objetivo común: prevenir. En primer lugar, prevenir el abandono escolar. Sus propuestas son: Mejora de la calidad educativa en los centros públicos de educación básica. Promover y reforzar la coordinación entre los centros públicos de enseñanza y el sistema público de protección a menores. Y por último, el fortalecimiento de asociaciones de padres y madres de alumnas.

Seguidamente tratan de prevenir la violencia entre los jóvenes con 3 líneas de intervención. Prevención de la violencia en el medio escolar. Evitar la violencia fundada en el género. Y la prevención de la violencia extremista. “Cuando hablamos de radicalización, los europeos pensamos que todo es extremismo religioso violento, pero no es así, el porcentaje de estos grupos es muy minoritario” asegura el director de ATIL. “Radicalización significa integrarse en bandas juveniles dedicadas a la delincuencia, a cualquier grupo con comportamiento violento”

Por último, ATIL busca, al fin y al cabo, prevenir a los jóvenes de la exclusión social e insertarlos en la sociedad. Para hacerlo trabaja diferentes premisas. Reinserción de jóvenes en situación de abandono escolar en programas de educación y formación. Y también, promover la inserción profesional de jóvenes en riesgo de exclusión.

ATIL y Manos Unidas

Manos Unidas ha colaborado con ATIL en proyectos de prevención del abandono escolar en centros públicos de enseñanza primaria, y últimamente en la prevención de la radicalización violenta de jóvenes en el distrito de Coelma, en la ciudad de Tetuán, con proyectos que buscan promover actividades socioculturales y deportivas en zonas con indicadores de exclusión social. Así se crea un marco común en el cual todos los actores reflexionen y analicen las problemáticas que los afectan en el ámbito socioeducativo y se elabore, junto con los jóvenes, un plan de acción que optimice los recursos disponibles con el objetivo de prevenir el fenómeno de su radicalización violenta.

Se trata, en definitiva, de empoderarles, de formarlos para que sepan distinguir y rechazar los mensajes extremistas del entorno, principalmente en las redes sociales, que abogan por el uso de la violencia. Y de trabajar contra la exclusión social y por el desarrollo del estado de derecho.

LXI Campaña de Manos Unidas: «Quien más sufre el maltrato en el planeta no eres tú»

La Jornada Nacional de Manos Unidas se celebra este domingo 9 de febrero con una recoleta que va destinada a la campaña de este año. «Quien más sufre el maltrato en el planeta no eres tú». Durante los doce meses que dure la Campaña, la entidad se centrará en denunciar las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene sobre millones de personas. Porque la crisis climática tiene, sobre todo, un rostro humano: el de 821 millones de personas castigadas por el hambre; el de los más de 1.000 millones de pobres; el de los que tienen que emigrar en busca de un apoyo que la tierra les niega o de los que enferman a causa de la contaminación de las aguas y de los suelos.

“El hambre y la pobreza son dos realidades muy relacionadas con los daños medioambientales; las huellas más graves son la contaminación; el cambio climático; el agotamiento de los recursos; la destrucción de hábitats y ecosistemas; las inundaciones y las sequías extremas; la desertización y la deforestación” explican desde Manos Unidas. Mohamed Fuad Amrani explica cómo este vínculo entre el cambio climático y la exclusión van muy ligados. “Familias de ámbito rural han sufrido un movimiento migratorio forzado porque no podían subsistir en las zonas rurales a causa de factores medioambientales. Con este desplazamiento se crea un desarraigo familiar y allá llegan a las grandes ciudades instalándose en zonas periurbanas donde hay una escasez de servicios sin acceso a los derechos básicos como educación o sanidad”.

Finalmente, esta campaña, la segunda del trienio dedicada a los Derechos Humanos, Manos Unidas trabaja, como hace sesenta y un años, en la defensa de los derechos humanos como garantes de la dignidad de las personas y requisito indispensable en la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad.

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