Joan Roig Diggle, camino hacia la beatificación
El papa Francisco aprueba el martirio del joven miembro de la Federació de Joves Cristians de Catalunya

Joan Roig Diggle fue un joven laico que murió mártir con 19 años. Ahora la congregación para la causa de los santos le ha propuesto para su beatificación. El pasado 2 de octubre, el papa Francisco recibió en audiencia el cardenal Angelo Becciu prefecto de la congregación. El joven de los Roig Diggle nació en la Barcelona de 1917 de familia catalano-inglesa. Su educación empezó en los Hermanos de la Salle. Para iniciar el bachillerato se trasladó a los Escolapios de la calle Diputació. Tuvo como profesores a dos mártires ahora beatos; Ignacio Casanovas y Francesc Carceller.
Traslado al Masnou
Un problema económico hizo a la familia Roig Diggle, trasladarse al Masnou. Para ayudarles, un joven Juan entra a trabajar como dependiente en un almacén de tejidos, y luego en una fábrica en Barcelona. Todo esto combinándolo con sus estudios. Su llegada al Masnou es un gran cambio para Joan Roig ya que entra en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Al cabo de poco tiempo fue nombrado delegado de los vanguardistas, una veintena de jóvenes de 10 a 14 años, y vocal de la sección de Piedad.
«Murió porque no tenía miedo de defender a Cristo»
El entonces presidente de los “avanguardistas” de Masnou, Juan Meseguer, escribe de él: “Se pasaba horas ante el Santísimo sin darse cuenta. Su ejemplo convertía más que sus palabras. Quería ser misionero”. Merenguer recordó las palabras que Joan le dijo sobre lo que estaba pasando en 1936. “Nos dijo que veríamos a Catalunya Roja, de sangre de sus mártires – aseguraba- pidió que nos preparásemos todos, porque si Dios nos había elegido para ser uno de éstos, debíamos estar dispuestos a recibir el martirio con gracia y valentía”.
Joan Roig Diggle, participaba en las tareas de la Federación, y fue nombrado vicepresidente del Consejo Comarcal de la Federación del Maresme. A lo largo de su corta vida, llegó a establecer grandes amistades como con su consiliario el padre Pedro Llumà o el Beato Pere Tarrés, su médico de confianza. Un líder nato al que en esas fechas había que eliminar a toda costa. Según uno de sus biógrafos “El único motivo por el que lo mataron fue porque era católico”. Asimismo aseguró que el joven Diggle “Murió porque no tenía miedo de defender a Cristo».
«Ara més que mai hem de lluitar per Crist»
Estas fueron las palabras del joven “John” como le llamaban sus amigos, cuando las juventudes liberadas quemaron su federación, pasó varios días sin decir palabra hasta que lo primero que dijo fue «Ara més que mai hem de lluitar per Crist». Así lo cuenta la hermana de Joan. El Ayuntamiento de El Masnou ha dado el nombre de calle Juan Roig a la que él recorría diariamente cada mañana para acudir a misa en la parroquia que se ve al fondo.
El martirio de Joan Roig
La noche del 11 de septiembre de 1936, Joan Roig hacía poco que había llegado a casa de visitar a la familia Rosés. Entonces, los milicanos golpearon su puerta. El joven, se apresuró a sumir las Sagradas Formas como viático. Cuando se lo llevaban abrazó a su madre y se despidió de ella en inglés para que no le entendieran: “God is with me”, «Dios está conmigo».
La patrulla de las juventudes libertarias de Badalona, tras varios desplazamientos, le llevó junto al cementerio nuevo de Santa Coloma de Gramanet, donde aquella noche, víspera del 12 de septiembre de 1936, festividad del Dulce Nombre de María, era asesinado de cinco tiros dirigidos a su corazón y uno de gracia en la nuca. Le permitieron dirigirles la palabra. Las últimas que salieron de sus labios fueron: «Que Dios os perdone como yo os perdono». Uno de los verdugos aseguró que: “Aquel chico rubio era un valiente. Murió predicando, diciendo que nos perdonaba, y que pedía a Dios que nos perdonará. Casi nos conmovió». Al ser exhumados sus restos se le reconoció la entrada de una bala por la parte posterior del cráneo y otras cinco heridas en el pecho. Lápida de la tumba de Juan Roig en el cementerio de Santa Coloma hasta su traslado a la Parroquia de Masnou.
Siervo de Dios
La benemérita Asociación de Amigos de Joan Roig, del cual Rosa Deulofeu fue presidenta, promovió su causa de beatificación y el traslado de los restos mortales del Siervo de Dios del Cementerio de Santa Coloma de Gramanet al sepulcro preparado en la capilla de la parroquia de San Pedro de Masnou, donde actualmente reposan, en espera de su beatificación que se prevé próxima. El Cardenal Ricard M. Carles fue el artífice que firmó el acta de clausura del proceso diocesano de beatificación de Joan Roig.
Ahora, el papa Francisco ha propuesto a Joan Roig Diggle para la beatificación en la congregación de la causa de los santos. Un proceso que lleva 30 años en marcha, tal como dice el actual presidente de la Asociación Amigos de Joan Roig, Mn. Ramon Santos. “Llegar hasta aquí ha sido un proceso muy lento que llevó un largo trabajo de recopilación de toda la vida del joven que se recogió con un documento. Allí se acogen los motivos de la propuesta, también los testimonios” aseguraba Santos. “La reunión final entre los cardenales fue este pasado 1 de octubre y nos sorprendió muchísimo la rapidez con que el Papa aprobó la causa”. Ahora toca esperar cuando se llevará a cabo la beatificación un momento que será la recompensa a todo el trabajo, y verá la luz cuando el mártir catalano-inglés lleve delante el nombre de «beato».