El renacimiento de Qaraqosh

Tras la progresiva retrirada del Daesh, los habitantes llevan a cabo la reconstrucción de la ciudad y de los vínculos entre vecinos

La ciudad de Qaraqosh (Irak), también llamada Bajdida, contaba con 50.000 habitantes, antes de 2014. A partir de la ocupación del Daesh, el número de ciudadanos cristianos descendió exponencialmente. Tal como explica Ayuda a la Iglesia necesitada (ACN), «la presencia cristiana en Qaraqosh dejó de latir». «Daesh envió niños de entre 14-15 años y los enviaron que quemaran todo. Que quemaran las casas, rompieran los cristales, que destruyeran aunque fueran». Comenta uno de los cristianos que ya está de vuelta.

Esta semana, el reportaje de Rome Reports nos presenta Georges Jahola, director de el comité para la reconstrucción de la ciudad de Qaraqosh, donde han vuelto la mitad de las familias.

Ciudad en reconstrucción

Cuando el sacerdote Georges Jahola volvió a Irak en 2016, comenzó a trabajar con refugiados. Poco a poco, se hizo evidente que Isis iba a ser derrotado y comenzaron a preparar el regreso de los cristianos en las ciudades de las que fueron expulsados. «Con un grupo de voluntarios y fotógrafos, – explica Georges Jahola- documentamos la situación de la ciudad, de unas 7 mil casas». «Fuimos casa por casa, documentando todo, para que quedara constancia en el futuro».

Según explican los del medio de comunicación, después del ataque «la situación que encontraron fue terrible». En este sentido, los daños perjudicaron toda la ciudad, desde las iglesias, hasta las casas. Pero su trabajo sirvió para que las familias supieran en qué estado se encontraban sus hogares, y muchas decidieron volver para darle nueva vida.

Nueva vida, nuevo reto

Tal como explica el director de el comité para la reconstrucción de la ciudad, «hemos visto crecer en la ciudad de Qaraqosh. Primero unas pocas familias, después, decenas, cientos, miles de familias en pocos meses».» Hemos visto ante nuestros propios ojos como se abrían tiendas cada día. La ciudad volvía a la vida», añade.

Ahora, aquellos que se fueron vuelven con un desafío. Es decir, ahora el reto es sólo reconstruir su hogar, sino reconciliarse con sus vecinos. Así pues, hay que buscar la paz con aquellos indicaron a los milicianos de Isis qué casas pertenecían a cristianos.

«Continuaremos la vida con nuestros vecinos, pero quizás con más cuidado. No queremos ser imprudentes. Aceptamos al otro, pero con precaución», explica Georges Jahola. «Toda la sociedad debe reconciliarse. Es el centro de la doctrina cristiana, de nuestras homilías: queremos vivir en paz. Y como habrá paz si no se perdona?», Se cuestiona.

Este grupo ya ha reconstruido el 35% de las casas y alguna iglesia. De los 50 mil habitantes que había en esta ciudad cristiana, sólo la mitad han decidido volver. Así, se confirma que todas las familias se han dividido: ni una sola tiene a todos sus miembros en Qaraqosh.

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