13 DE JUNIO

San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia

Maria Rosa Molas Vallvé nació en Reus en 1815, y entró en las Hijas de la Caridad que se encargaban del hospital de la ciudad. A los 34 años fue enviada a Tortosa a hacerse cargo de una casa de caridad, y el ayuntamiento le pidió que se ocupara del hospital. Por problemas con su congregación y con el apoyo del obispo de Tortosa, inició una nueva congregación: las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación (1858): «A mí, todo me sobra. ¡Y cuántos pobres hay que no tienen ni consuelo ni amparo!». Murió en Tortosa el 11 de junio de 1876.

1. Memoria de san Antonio, presbítero y doctor de la Iglesia. Nacido en Portugal, primero fue canónigo regular y después entró en la orden recientemente fundada de los Hermanos Menores, para propagar la fe entre los pueblos de África, pero se dedicó a predicar por Italia y Francia, donde atrajo a muchas personas en la doctrina verdadera. Escribió sermones notables por su doctrina y estilo, y por mandato de san Francisco enseñó teología a los hermanos, hasta que en Padua descansó en el Señor (1231).

2. Santa Felícula, mártir. En la vía Ardeatina, a siete miliarios de la ciudad de Roma (90).

3. Beato Aquíleo, obispo, insigne por su erudición, su fe, su vida y sus costumbres. En Alejandría, Egipto (312).

4. San Trifilio, obispo. Defendió enérgicamente la fe de Nicea y fue un excelente orador de su tiempo y admirable comentarista del Cantar de los Cantares, como explica san Jerónimo. En Leucosia (ahora Nicosia), en la isla de Chipre (370).

5. San Ceteo o Peregrino, obispo de Amiterno. Cuando los lombardos invadieron la región, fue acusado de haber entregado la ciudad y le condenaron a ser arrojado a un río. En los Abruzos (~ 600).

6. San Eulogio, obispo. Célebre por su doctrina. El papa san Gregorio Magno le envió muchas cartas. De él afirmó: «no está lejos de mí aquél que está unido a mí». En Alejandría, Egipto (~ 607).

7. San Salmodio, eremita. Cerca de Limoges, en Aquitania (s. VII).

8. San Ragneberto, mártir. De origen noble y lleno de virtudes, se hizo odioso a Ebroino, maestro de palacio, quien le envió al destierro y finalmente le hizo asesinar. En la región de Lyon, en la Galia (680).

9. San Aventino, eremita y mártir. Muerte, según la tradición, a manos de los sarracenos. En el valle de Larboust, en los Pirineos (s. VIII).

10. San Fandila, presbítero y monje. Durante la persecución de los sarracenos, en tiempos del emir Mohamed I fue degollado por su fe en Cristo. En Córdoba, en la provincia hispánica de Andalucía (853).

11. Beato Gerardo, monje, hermano de san Bernardo. Doctrinalmente preparado, demostró especial sagacidad y criterio en el campo de la espiritualidad. En el monasterio de Clairvaux, en Borgoña (1138).

12. Santos Agustín Phan Viet Huy y Nicolau Bui Viet The, mártires. Por miedo profanaron la cruz, pero arrepentidos de inmediato, pidieron al emperador Minh Mang ser juzgados de nuevo como cristianos. Por eso fueron heridos mortalmente y arrojados, todavía vivos, al mar desde una nave. En Hue, en Annam (ahora Vietnam) (1839).

13. Beata María Ana Biernacka, madre de familia y mártir. Durante la ocupación militar en tiempo de guerra, se entregó a los soldados para salvar a su joven embarazada. Fue fusilada de inmediato, alcanzando así la palma del martirio. En el pequeño pueblo de Naumowicze, cerca de Grodno, en Polonia (ahora Bielorrusia) (1943).

De los vientos de junio, los de San Antonio o ninguno.

De los vientos de junio, los de San Antonio o ninguno.