El ocio para combatir la pobreza
La Fundación Pere Tarrés valora los resultados de la investigación «Tiempo ocio educativo y competencias académicas y de empleabilidad: resultados y buenas prácticas»

Empieza la cuenta atrás por el verano. Unos meses de vacaciones que suponen una cuarta parte de la vida de los alumnos escolarizados. Muchos niños pueden disfrutar de una época llena de oportunidades y de aventuras, de nuevas amistades y diversión. Por desgracia, esta no es la realidad de todos los niños y niñas. Muchos de ellos, provenientes de familias sin recursos socioeconómicos, no pueden disfrutar plenamente del ocio de las vacaciones de verano.
Por eso, la Fundación Pere Tarrés ha hecho una investigación. Allí constata como el ocio mejora las competencias escolares y profesionales de los niños y jóvenes. También rompe el círculo de pobreza y la desigualdad. «El ocio es un acelerador de competencias que ayudan al niño en su aprendizaje a la escuela y en su crecimiento como persona». Ha afirmado Josep Oriol Pujol y Humet, director general de la Fundación Pere Tarrés.
La pobreza infantil, un círculo perverso
La precariedad, temporalidad y parcialidad de las condiciones laborales han hecho que en Cataluña una de cada cuatro personas esté en riesgo de pobreza, más agravado todavía si estas personas tienen hijos. Esto también repercute en los niños. La dificultad de encontrar trabajo lleva al hecho que el niño, una vez adulto reproduzca este escenario de pobreza.
La pobreza infantil tiene una incidencia negativa sobre las condiciones educativas de los niños que la sufren, repercutiendo en negativo a su rendimiento académico. Es el llamado círculo perverso de la pobreza infantil. Una de las vías para romper este círculo es la promoción de una educación inclusiva que incluya también en las entidades y actividades de ocio y de acción socioeducativa.
El ocio, una salida a la pobresa
Los resultados obtenidos en la investigación: «Tiempo ocio educativo y competencias académicas y de empleabilidad: resultados y buenas prácticas»; muestran como el ocio mejora las competencias educativas y profesionales de los participantes, contribuyendo así a romper el círculo de pobreza de muchos niños y jóvenes. Desde la educación en el ocio se puede dar respuesta a las necesidades socioeducativas de los niños en situación pobreza, especialmente a través del trabajo que se hace en los centros abiertos y socioeducativos.
El ocio y la mejora de las competencias académicas
Las tres competencias académicas que muestran más porcentaje de mejora son la competencia social y cívica, con 48,4 puntos de incremento, aprender a aprender, con 36 puntos de incremento, y el espíritu emprendedor, con un aumento de 22,5 puntos. Así pues, el paso para una entidad de ocio educativo fomenta la capacidad de aprendizaje, el respeto por las normas sociales y la educación cívica y social. “De la competencia social y cívica destaca el trabajo realizado por los equipos educativos de las entidades de ocio en relación a la igualdad de género, el respeto hacia los otros y a la diversidad cultural” ha afirmado Txus Morata, una de las autoras del estudio y profesora de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés – URL.
El ocio y la mejora de las competencias profesionales
En el ámbito de competencias profesionales, las tres que obtienen una mejora más significativa después del paso por entidades de tiempos de ocio son el trabajo en equipo, con una mejora de 38,4 puntos, la flexibilidad, con una mejora de 37,2 puntos, y la toma de decisiones y resolución de problemas, con 26,4 puntos de mejora.
El ocio, una medida preventiva
“Uno de los valores más importantes de los casales de verano es la igualdad de oportunidades” ha explicado Antònia Cortina, directora de la Escuela Vedruna-Àngels. «No atender a los niños en situación de vulnerabilidad social y a sus familias tendrá costes sanitarios, educativos, se necesitarán más prestaciones sociales por paro, ayudas sociales y gastos en el sistema judicial. Cuanto mayor sea la desigualdad, mayor será la transmisión intergeneracional de la pobreza». Así lo anticipan a la Fundación Pere Tarrés.
Por lo tanto, una buena medida preventiva de la exclusión es contribuir a romper el círculo perverso de la pobreza, estableciendo una estrategia de equidad para compensar las condiciones de la educación. Por eso, una de las soluciones es el ocio. “Se trata de una educación integral y complementaria al escolar, que genera igualdad de oportunidades sociales y educativas”, ha destacado Albert Riu, secretario técnico de la Red de Centros Socioeducativos de la Fundación Pere Tarrés
Campaña social «Ningún niño sin colonias»
La Fundación Pere Tarrés vuelve a iniciar la campaña «Ningún niño sin colonias». Con la intención revertir la situación de muchas familias que no permite que sus niños tengan actividades de ocio, la Fundación Pere Tarrés pretende este año “becar un 11% más de niños para llegar a 4.500 niños y niñas”. Así lo ha explicado Albert Riu. Entre 2010 y 2018 hubo un incremento del 343% de los niños becados. También en los últimos 9 veranos, 25.881 niños y niñas han sido becados en verano por la Fundación Pere Tarrés. Una iniciativa porque los niños más vulnerables pueda disfrutar de un verano lleno de aprendizaje y aventuras.