Carta dominical | El principio de la misericordia

En la reunión que mantuve con los delegados de diversos ámbitos de la diócesis de Barcelona, uno de los delegados -el de Pastoral Familiar, concretamente- se interesó por la recepción entre el pueblo cristiano de la exhortación apostólica Amoris laetitia, firmada por el papa Francisco el 19 de marzo de 2016. La intervención del delegado respondía a una preocupación: que este documento sea bien recibido y bien comprendido por los cristianos. Este comentario y algunos otros, sobre las claves de interpretación del documento, querrían contribuir a una buena recepción. Todos sabemos que la recepción es muy importante y condiciona los frutos que se pueden esperar de una doctrina.
El Ateneu Universitari Sant Pacià, respondiendo a esta preocupación, ha elaborado un texto de veinte folios que constituye una «reflexión teológica y pastoral» sobre algunos aspectos del documento pontificio. Una de las claves de interpretación que propone es «el principio de la misericordia».
El Papa enmarca su escrito en el Año Jubilar de la Misericordia. Durante este año estamos llamados a poner más y más de relieve la extraordinaria misericordia de Dios para con nosotros, y la necesidad de ser nosotros mismos misericordiosos en nuestra vida. En este sentido, y concretándolo en el mundo familiar, el Papa pretende, por un lado, animar a las familias a valorar como un don de Dios el matrimonio y la familia, y a vivir con las actitudes y los comportamientos propios de un corazón misericordioso; y, por otro lado, quiere invitar a todos a ser signos de misericordia y hacerse cercano a la vida de las familias con dificultades.
Lo encontramos expresado así en el documento que nos ocupa: «Esta exhortación adquiere un sentido especial en el contexto de este Año Jubilar de la Misericordia. En primer lugar, porque la entiendo como una propuesta para las familias cristianas que las estimule a valorar los dones del matrimonio y de la familia, y a sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el compromiso, la fidelidad o la paciencia. En segundo lugar, porque procura alentar a todos a fin de que sean signos de misericordia y proximidad allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo.» (AL 5)
El principio de la misericordia es una clave de lectura de la vida matrimonial y familiar de enorme importancia. Y, naturalmente, es una clave básica para la comprensión del documento pontificio. Un espíritu misericordioso se abre con agradecimiento a Dios por los dones tan valiosos del Evangelio de la familia e invita a vivir la vida familiar con actitudes y acciones propias de un corazón que se compadece. Y la misericordia recibida de Dios interpela a toda la comunidad cristiana, incluidos los pastores, a hacerse cercanos y ser signos de misericordia para aquellas familias que viven con dificultades e imperfecciones su vida.
¡Que Dios os bendiga a todos!
+ Juan José Omella Omella
Arzobispo de Barcelona
Descárgate esta carta dominical en formato audio *.mp3