Carta dominical | «Dios es joven»

En un reciente libro-entrevista al papa Francisco se ha elegido un título que puede sorprender, Dios es joven (Ed. Planeta). Este título forma parte de un lema un poco más largo: «Dios siempre es joven, siempre es nuevo». Un buen lema para meditarlo hoy, en la Solemnidad de Pentecostés, la Fiesta del Espíritu Santo, que siempre «renueva la faz de la tierra».
El autor de la entrevista, el periodista y escritor Thomas Leoncino, explica los motivos por los que escogió este título: «Estábamos sentados, frente a frente, en una sala de la planta baja de la Domus Sanctae Marthae cuando el papa Francisco pronunció estas palabras. Recuerdo el momento exactamente y con total claridad, la chispa que le atravesaba la mirada, con la que casi parecía querer transmitir, al tiempo que con las palabras, algo profundo y liberador. Estábamos en el quinto encuentro para la preparación de este libro y aquella frase me golpeó con una fuerza inusitada. Con aquellas palabras memorables, el pontífice afirmaba que los jóvenes, en otras palabras, los grandes marginados de nuestro tiempo convulso, estaban hechos en realidad de la misma pasta que Dios».
Después, el papa Francisco quiso añadir una nueva reflexión: «En el libro del Apocalipsis (21,5) encontramos esta frase: “Y dijo el que está sentado en el trono: Mira, hago nuevas todas las cosas”. Dios es, pues, quien siempre renueva, porque Él es siempre nuevo: ¡Dios es joven! Dios es el Eterno que no tiene tiempo, pero que es capaz de renovar, de rejuvenecerse continuamente y de rejuvenecerlo todo. Las características más peculiares de los jóvenes también son las suyas. Es joven porque hace que todo sea nuevo y estima las novedades; porque sorprende y estima la sorpresa; porque sabe soñar y anhela nuestros sueños; porque es fuerte y entusiasta; porque construye relaciones y nos pide que también lo hagamos nosotros; porque es social».
El papa Francisco tiene puesta en los jóvenes una gran esperanza. Por eso ha querido que sean el centro del próximo sínodo, con el deseo de que sean también el corazón de la Iglesia.
Nosotros también queremos dar a los jóvenes un lugar primordial en nuestra misión evangelizadora. En este sentido, el tercer eje del nuevo Plan pastoral está dedicado a los jóvenes. Ellos, aunque a veces no sean conscientes, también necesitan el encuentro personal con Jesucristo.
Necesitamos hacer un camino de conversión pastoral para descubrir cómo hacernos accesibles para poder acoger y acompañar a los jóvenes y atender sus necesidades espirituales. En los encuentros de sacerdotes con jóvenes percibo que ellos nos necesitan, quieren ser escuchados, abrirse, expresarse, encontrar un interlocutor para compartir dudas, inquietudes, ilusiones… Reclaman nuestra atención, nuestro tiempo, aunque a veces les cuesta encontrarnos. Es necesario que lo tengamos muy en cuenta y dediquemos nuestro tiempo a lo esencial en nuestro ministerio, ya que nadie lo hará por nosotros.
Roguemos, pues, al Espíritu para que estas orientaciones y propuestas contenidas en el nuevo Plan pastoral no sean letra muerta, sino que sean una buena herramienta de renovación y de vida. Pedimos hoy el impulso del Santo Espíritu, alma de la Iglesia.
† Cardenal Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
Escucha la carta dominical en la voz del cardenal arzobispo de Barcelona.