Carta dominical | «Cuidar la casa común»

El papa Francisco instituyó hace tres años la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Se sumó así a una iniciativa que ya celebraba la Iglesia ortodoxa. Desde entonces, cada uno de septiembre nos unimos en la oración por una cuestión primordial para la humanidad como es la sostenibilidad del planeta.
Es cierto que el nivel de vida de hoy hace que el medio ambiente se resienta mucho más que antes por el uso y, por supuesto, por el abuso que se hace. No hay duda de que el deterioro de la naturaleza es también consecuencia del consumismo y del carácter desordenado de nuestro desarrollo y progreso.
El Santo Padre señala que la historia del mundo «revela un escenario moralmente decadente en que nuestra actitud y comportamiento hacia la creación oscurece nuestra vocación como cooperadores de Dios […] Ya no nos relacionamos con la naturaleza para sostenerla, sino que la dominamos para sostener nuestras invenciones» (Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, 1 de septiembre de 2017).
El objetivo de esta Jornada Mundial es ayudarnos a cambiar la percepción que tenemos del mundo para así modificar la forma en que nos relacionamos con él. También quiere servir para expresar el agradecimiento a Dios por el gran don de la creación y el compromiso de cuidarlo y preservarlo para el bien de las generaciones futuras.
En la carta encíclica del papa Francisco Laudato si’, sobre «el cuidado de la casa común», el Papa nos recuerda que para los cristianos «nada de este mundo nos resulta indiferente», y que nos sentimos «llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud» (LS, 53). En este sentido, el Papa nos hace «una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta […] Se necesitan los talentos y la implicación de todos para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios» (LS, 14).
El Papa también expresa un mensaje esperanzador diciendo que «el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente» porque «ha sido creado para amar, en medio de sus límites brotan inevitablemente gestos de generosidad, solidaridad y cuidado» (LS, 58). Añade que la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero invita a un debate honesto y transparente para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común (cf. LS, 188).
Hermanos y hermanas, el próximo uno de septiembre estamos invitados a invocar la ayuda del Señor para la protección del medio ambiente y para pedir su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo donde vivimos. Ojalá que esta oración comporte nuestra conversión de vida. Amemos y cuidemos de palabra y con obras la casa común.
† Cardenal Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
Escucha la carta dominical en la voz del cardenal arzobispo de Barcelona.