Vuelve la tradicional procesión de la Merced en la novena a la Virgen
La talla gótica recientemente restaurada sale en procesión con el cortejo hasta la Catedral de Barcelona
Fotografías: Ramon Ripoll
Después de dos años parada por la pandemia de la Covid, este año se ha recuperado la procesión de la Virgen de la Merced, hasta la Catedral. En la novena de la festividad de la patrona de la ciudad, la talla gótica de la Mercè, recientemente restaurada, salió de la basílica rodeada de todo un séquito que le acompañó hasta la entrada principal de la Catedral de Barcelona.
El obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo, encargado de presidir la misa, recibió la imagen a los pies de la Catedral. Con la imagen ubicada en el presbiterio tuvo lugar la celebración, concelebrada por el párroco de la basílica de la Virgen de la Merced, el padre Fermin Delgado y por los canónigos del Capítulo de la Catedral.
Entre los asistentes, destacaban los miembros de la orden del Santo Sepulcro y la Cruz de Malta. También, varios hermanos mercedarios y devotos de la Virgen, bajo la advocación de la Merced.
Patrona de la ciudadanía
El obispo Sergi Gordo subrayó la importancia de esta festividad de la Merced. Patrona no sólo de la archidiócesis sino también, de la provincia eclesiástica, que incluye Barcelona, Sant Feliu y Terrassa.
Mons. Gordo tomó los Gozos de la Mercè como hoja de ruta de su homilía. Un canto redactado por el poeta Jacint Verdaguer con el acompañamiento musical del compositor Lluís Millet. Reflexionó en torno a los versos dedicados a la Virgen María, «Virgen de las Mercedes», tal y como dijo, porque «Santa María nos ha traído la gran «Mercè»: Jesucristo. Al llevárselo a él nos ha traído muchas otras mercedes».
«Restaurar nuestra devoción»
Como patrona de los cautivos, mencionó a los mercedarios. La Obra de la Merced que nace de la misma fe, que Jesús no abandona a los más necesitados. Un llamamiento que recibió San Pedro Nolasco, patrón de los mercedarios, y que el obispo Sergio extendió a los devotos presentes.
Dirigiéndose también a la feligresía, Sergi Gordo aprovechando la restauración de la talla gótica, le invitó a «restaurar y renovar nuestra devoción». También a exhortó a visitar más a la virgen en su basílica, «poniendo todo lo que llevamos en el corazón y siente mensajeros de su amor».
Finalmente, el obispo cerró pidiendo a los fieles las tres actitudes que pide una iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Tres pilares para vivir con el discernimiento, tal y como marca el eje actual del Plan Pastoral Diocesano ¡Salgamos!. «Como comunidad debemos discernir qué hacer para que los pobres sean los destinatarios privilegiados del Evangelio, para que los jóvenes reciban el anuncio con mucha alegría», dijo.