Tabor, dos maneras de vivir la experiencia de la fe
Presentación del libro Tabor. El Dios oculto en la experiencia con la presencia de Mn. Bruno Bérchez, Mn. Emili Marlès, Dolors Parellada, Mons. Antoni Vadell y el autor del libro Josep Otón

La librería Claret ha ofrecido la presentación del libro Tabor. El Dios oculto en la experiencia, a través de sus redes. Una presentación muy diferente de la planificada de manera presencial pero que a causa de la situación sanitaria se ha tenido que celebrar de manera virtual.
El libro Tabor, publicado en catalán por la editorial Claret y en castellano por la editorial Sal Terrae; narra como «en una sociedad que reclama vivencias, la espiritualidad vuelve a recuperar su protagonismo. Este nuevo contexto obliga a repensar la pastoral». El libro muestra «el encuentro con un Dios que se acerca a la humanidad, lo que es el núcleo de la fe cristiana. Un Dios que, a la vez, calla y se revela, se oculta y se muestra; se manifiesta en el secreto, se hace presente de incógnito». En definitiva, «la fe sin experiencia se marchita. La experiencia sin reflexión y sin compromiso se corrompe. Todo un reto para la pastoral en plena posmodernidad».
La presentación de Tabor. El Dios oculto en la experiencia ha contado con Mn. Bruno Bérchez, delegado diocesano de anuncio de la fe y de iniciación cristiana; Mn. Emili Marlès, vicedecano de la Facultad de Teología de Cataluña; Dolors Parellada, directora del secretariado diocesano de pastoral familiar; Josep Otón, autor del libro y Mons. Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona; presentado por Mn. Xavier Morlans.
Tabor, un libro necesario y dialéctico
Mn. Bruno Bérchez ha querido plasmar los cuatro motivos por los cuales cree que hay que leer y releer el libro de Tabor. Primeramente, porque el libro es «necesario en el momento actual de la Iglesia en Cataluña y en Barcelona». Bérchez explica cómo desde hace unos años ha visto en la pastoral de jóvenes como éstos habían cambiado un poco su manera de buscar a Dios con nuevos métodos y nuevas experiencias que todos concluyen con una cosa en común: buscar una experiencia de fe. «Es el momento de pararnos y pensar qué está pasando, de repensar qué estamos viviendo y qué estamos ofreciendo como Iglesia». Mn. Bruno asegura que el libro de Josep Otón es «un libro muy necesario sobre todo por la gente que está trabajando la pastoral de cara el futuro».
En segundo lugar, Mn. Bruno Bérchez asegura que es un libro muy dialéctico. «Es un diálogo entre un intelectual que quiere dar lecciones de su fe y el otro es una persona que trabaja con jóvenes que está angustiado y preocupado por como comunicar la fe». El autor va interactuando con los dos personajes concluyendo que las dos posturas son necesarias. «La conclusión que yo saco es que no es una cosa disyuntiva; no hay que elegir sino que es una conjunción. Son necesarias las dos posturas en la Iglesia porque responden en dos momentos de fe», asegura el delegado diocesano de anuncio de la fe y de iniciación cristiana.
Estos dos momentos se meten en un primer ámbito del primer anuncio, encontrando maneras atractivas de evangelizar, al instante, la sensación más importante que la razón. Se concreta con un momento extraordinario. El segundo caso, en cambio es la razón, la reflexión del hecho vivido, un momento más sereno de la vida cotidiana, del encomendero. «Son dos momentos que están en la vida cristiana y es un diálogo muy interesante».
Tabor, un libro valiente y pionero
Por Mn. Bruno este es un libro valiente, «habla de aquello de lo que no se puede hablar, que es la experiencia de fe». Según Bérchez, todo cristiano tiene una experiencia de Dios difícil de explicar o definir. «Es un encuentro que te religa con alguien y es importante poder hablar».
Por último es un libro pionero. «La Iglesia está llamada a sumergirse en la cultura del siglo XXI, de la era digital. Y lo tendrá que hacer en las culturas que vendrán pero seguro que la Iglesia tendrá que intentar discernir qué rasgos de aquella cultura son válidos para promover el Evangelio y qué no». Por Mn. Bruno, el libro de Josep Otón «muestra muchos rasgos de la cultura post-millenial que no están tan alejados de los valores cristianos como parece, incluso se recuperan algunos que habían sido soterrados o desprestigiados, recupera cosas que se habían perdido y otras que hará falta discernir si son validas o no, pero el esfuerzo es importante».
De la Iglesia más intelectual a la Iglesia de la experiencia
Mn. Emili Marlés ha hablado del contexto histórico que explica el libro para llegar hasta nuestros días y comprender este afán de experiencias que hay. Se había venido anteriormente, en la época de la ilustración, de un método científico que hizo que todas las dimensiones acontecieran hacia el conocimiento de la fe y saber defender la fe con la razón, pero se hablaba poco de la experiencia de la fe.
Más adelante, hay otro momento donde toma relevancia la dimensión social de la fe. «Veníamos por un lado más intelectual y más social, ambos muy importantes, y ahora pasamos a todo lo contrario, en el lado más emocional», asegura Mn. Marlés. Aun así el vicedecano de la Facultad de Teología de Cataluña asegura que hay que «educar a estas nuevas generaciones a que la experiencia religiosa no siempre es tan intensa. El libro nos ayuda a madurar con este tema y es una ocasión para encontrar todos los matices para poder hacer una reflexión y educación de la fe para acoger una experiencia más madura».
Seguidamente, Dolors Parellada, directora del secretariado diocesano de pastoral familiar ha asegurado que este libro «ayuda a entender el momento que estamos viviendo y los retos pastorales y como son compatibles y complementarías las diferentes visiones dentro de la Iglesia». Por eso ha propuesto una serie de retos para llevarlo a cabo, como acoger la necesidad de experimentarlo todo y el anhelo de trascendencia. Hoy en día lo espiritual vuelve a ser algo muy importante a través del Yoga o la meditación pero al mismo tiempo se rechaza todo lo que haga referencia a Dios. Por Parellada estas personas «tienen anhelo de Dios». También ha asegurado que hay una necesidad de «trabajar y acompañar para preparar la experiencia espiritual proponiendo experiencias con la conciencia que no son lo único que hay, y por eso nos hace falta un trabajo previo».
Dos dimensiones que confluyen y se complementan
Por otro lado, Josep Otón, autor del libro, ha lamentado no haber podido hacer esta presentación de manera presencial y en especial a la parroquia de Santa Anna donde se tenía que hacer. Por el autor, «Santa Anna es un Tabor en medio de la ciudad, es un lugar donde se vive el compromiso social, la belleza, donde se hace una gran reflexión intelectual, donde hay un diálogo con la cultura y con los no-creyentes y dónde hay una experiencia espiritual». Josep Otón asegura que este diálogo entre los dos personajes que comentaba anteriormente Mn. Bruno Bérchez es el mismo en diferentes situaciones de la vida. «Tengo dos almas, dos dimensiones, dos partes de mi historia y vivo la experiencia de la fe mística con la reflexión».
La elección del título Tabor. El Dios escondido en la experiencia representa la paradoja de la experiencia de la fe que «confluyen en estas dos dimensiones y que se complementan». Otón ha hablado también de esta pandemia asegurando que es un tiempo que nos obliga a pararnos «tenemos que aprovechar este tiempo para pensar qué hacemos y qué sentido tiene aquello que hacemos». En conclusión, el autor asegura que «no basta con Tabor. Hay que buscar las palabras para entender esta experiencia con Jesús. Si no estamos predispuestos, el encuentro personal, la experiencia, las visiones, no servirá para nada».
La experiencia de Dios se transmite por contagio
Finalmente, Mons. Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona ha asegurado que «los jóvenes nos están pidiendo un Dios vivo que toque su vida», por eso, «este libro te ayuda a poner nombre a muchas cosas y me parece una propuesta casi pastoral a pesar de que no es una propuesta de recetas». El obispo ha puesto ejemplos personales de grandes testigos de experiencia de Dios citando a Joan Roig, beatificado este 7 de noviembre, su abuela y un testigo que acompañó. En este sentido el obispo Vadell ha llegado a una conclusión: «La Iglesia propone esta experiencia de Dios y se transmite por contagio». Por lo tanto, el libro de Josep Otón ayuda a poner palabras a aquella experiencia inexplicable. «Tenemos que ser relatos vivientes de esta experiencia que nos toca vivir».