Sinhogarismo en femenino en Barcelona
Seis entidades sociales, entre ellas, Cáritas Diocesana de Barcelona, organizan un evento para “visibilizar la situación de las mujeres sin hogar”
Se presenta el informe «Mujeres sin hogar en la ciudad de Barcelona», expuesto durante la jornada «El sinhogarismo en femenino en Barcelona». Los recientes estudios que se han elaborado sobre la emergencia habitacional en la ciudad condal indican que el sinhogarismo es una problemática mayoritariamente masculina. Aun así, las experiencias de las mujeres que viven a la intemperie suponen un mayor riesgo por su situación y trayectoria. Por eso, las entidades Arrels, Asís Centro de Acogida, Hogar de Pau, Prohabitatge, Lola no estás sola y Cáritas Diocesana de Barcelona han organizado este acontecimiento por “visibilidad la situación de las mujeres sin hogar”.
Eloísa, un ejemplo del sinhogarismo femenino
Eloísa tiene 47 años y cuatro hijos. Se separó de su marido porque la maltrataba y se marchó con sus hijos buscando salir de aquella situación. Después de esto tuvo que estar nueve meses ingresada en un hospital psiquiátrico por intento de suicidio porque trabajaba dieciséis horas y tenía que cuidar a los niños. Saliendo de allí se encontró en la calle.
En aquel momento conoció «Lola no estás sola» una organización que ofrece un lugar de seguridad para las mujeres en un local que está abierto todas las mañanas. En el local hay duchas, un espacio para el café y es un lugar donde se sienten seguras. Por tanto, ayudan a mujeres que están fuera del sistema y las acompañan a revertir su situación pero siempre desde el apoderamiento.
A pesar de tener esta entidad, Eloísa pasa un calvario primero viviendo a un albergue de Nou Barris, con temporadas en la calle y después en Sarriá en “Hort de la Vila”. “Durante más de un mes no había pestillo a mi habitación, así que tenía que amarrar la cama a la puerta porque sentía miedo. Lo pasas realmente mal porque hay muchos hombres y se aprovechan. He recibido amenazas, incluso una vez un hombre se coló en mi ducha” explicaba la Eloísa que pedía que “las mujeres tenemos que tener nuestra intimidad y sentirnos seguras tal como nos pasa a «Lola no estás sola». Allí nos olvidamos del mundo”. Por eso, pedía con mucha firmeza que “necesitemos un albergue solo para mujeres”, un lugar donde las haría sentir más seguras.
«Mujeres sin hogar en la ciudad de Barcelona»
La informe «Mujeres sin hogar en la ciudad de Barcelona» ha sido elaborado por un grupo de investigadores de la Universitat de Barcelona vinculados al Grupo de Investigación e Innovación en Trabajo Social (GRITS) y el Grupo de Investigación social aplicada (GRIS), y ha contado con la participación de seis entidades de la Red de atención a personas sin hogar de Barcelona (XAPSLL). Con esto, han llevado a cabo un dosier, entrevistando a 35 mujeres en exclusión residencial. “El sinhogarismo invisibiliza la situación de las mujeres que a pesar de tener menor presencia en el espacio público, sufren situaciones realmente graves” aseguran los investigadores del informe.
Analizando los factores desencadenantes
Los objetivos de este dosier han sido identificar los factores desencadenantes y protectores del sinhogarismo femenino; analizar la incidencia de la violencia a lo largo de sus vidas e identificar los factores protectores de las instituciones a través de los mismos relatos de las mujeres. Por otro lado, la independencia económica es siempre más complicada para las mujeres lo cual dificulta la fuga de un entorno violento y hace que una vez fuera pueda acabar en situaciones de sinhogarismo. Según el estudio el 69% de las mujeres entrevistadas han sufrido violencia machista, muchas de ellas -el 43%- durante la infancia y adolescencia.
Por lo tanto, se ha llegado a la conclusión que “el sinhogarismo encubierto es la situación más frecuente en el caso de las mujeres. Así mismo, a causa de la desigualdad, las mujeres son estrictamente vulnerables a los cambios en las condiciones estructurales de la vida. Por otro lado, el factor desencadenante más frecuente es la violencia de género. Por último, los factores protectores más destacados son la vinculación a entidades y el acompañamiento profesional”.