Se presenta al Santo Cristo a los fieles de la archidiócesis de Barcelona

La feligresía venera y acompaña en procesión la talla restaurada que preside la misa conventual en la Solemnidad de la Santa Cruz

Este 3 de mayo, en la Solemnidad de la Santa Cruz, los fieles de la Archidiócesis de Barcelona ha podido ver por primera vez y venerar la imagen del Santo Cristo de Lepanto ya restaurada. La Catedral de Barcelona convocó la feligresía a un acto de presentación, que consistió en una oración, presidida por el obispo auxiliar de Barcelona Mons. David Abadías, y una procesión hasta el corazón del templo. Después de las vísperas se celebró la misa solemne presidida por el arzobispo de Barcelona, Card. Juan José Omella.

Presentación y procesión del Santo Cristo

Unos minutos antes de la hora de la convocatoria, los fieles esperaban frente a la capilla de Sant Sever. Todos expectantes para ver al Santo Cristo de Lepanto y su auténtica policromía descubierta con la restauración. Los miembros del Cos de Portants del Sant Crist estaban dispuestos a ambos lados de la capilla, formando un pasillo, junto a los canónigos de la Catedral de Barcelona y mirando hacia la verja de la capilla esperaba el obispo Mons. David Abadías.

Cuando se retiró la cortina de la verja, los flashes de los móviles de los fieles deslumbraron la talla del Santo Cristo de Lepanto, ya no ennegrecida, como era hasta ahora, sino con un tono radiante y blanquecino, resultado de las tareas de restauración que han descubierto auténtico color escondido tras una capa de barniz, hollín y humo.

El canónigo responsable de Patrimonio y archivero de la Catedral de Barcelona, Mn. Robert Baró, presentó la imagen a los fieles explicándoles brevemente el resultado de la restauración y, a continuación, se dio paso a la oración con el obispo David Abadías.

Después de la oración, todos los fieles acompañaron en procesión al Santo Cristo de Lepanto, cargado a los hombros del Cos de Portants del Sant Crist, precedido de los canónigos y el obispo auxiliar. Una vez en el coro, con el cristo dispuesto en el centro, se cantó las Vísperas solemnes.

Misa conventual con el cardenal Omella

Durante la misa conventual, en el momento de la homilía, el arzobispo de Barcelona reflexionó sobre la Cruz, que «debe ser el centro de nuestra vida cristiana» y que nos acompaña desde el bautizo hasta la muerte. El Cardenal recordó que la cruz nos muestra «el misterio de la salvación». «No dejamos de mirar a Cristo».

En este sentido, se refirió al Santo Cristo de Lepanto, que continuaba en el coro del templo custodiado por los costaleros. Reflexionó sobre el tono oscurecido que mostraba antes de la restauración, interpretándolo como «un signo que nos recordaba que Jesús vino al mundo y cargaba con nuestra suciedad, nuestro pecado». «Todo esto lo transformó en vida -dijo- y podemos simbolizarlo en ese tono radiante». El cardenal también destacó las marcas del látigo de la imagen, que se han dado a conocer con las tareas de los restauradores, subrayando el sufrimiento durante la pasión por llevarnos a la salvación.

¿Qué nos pide?

El arzobispo de Barcelona, invitó a interrogarse desde la Cruz. «Nos dice: «yo he muerto por ti. Y tú, Que haces para mí»» – exhortaba. Como claves, de lo que nos pide señaló los mismos aspectos que llevaron la vida de Jesús: la obediencia, la pobreza y la humildad, poniendo por delante la voluntad de Dios. «Déjate mirar por la cruz para sentir el amor y la paz del Señor», añadió.

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