Santiago, en la Catedral

El obispo auxiliar Sergi Gordo preside las Vísperas y la Misa Conventual con motivo de la solemnidad del santo

Fotografías: Ramon Ripoll

La catedral ha acogido la festividad de Santiago con unas vísperas y una misa conventual que ha presidido el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo. Con esto también se han celebrado los cumpleaños del servicio a la sede episcopal de algunos de los curas. Es el caso del decano José Ramón Pérez y Mn. Josep Antón Arenas que han celebrado el 25º cumpleaños como canónigos. También es el caso de Mn. Turull, Mn. Serra, Mn. Vives y Mn. Pino que han llegado a los 10 años de servicio a la Catedral.

«Creamos relaciones de servicio»

“San Juan y Santiago eran dos hermanos pescadores que tenían varias cosas en común. Los dos tenían un carácter fuerte, los dos lo dejaron todo para seguir a Jesús y los dos fueron testigos de momentos claves acompañante al Hijo de Dios”. Así empezaba el obispo Gordo su homilía. “Hay muchas maneras de dar testigo. –aseguraba- hoy en día todavía hay mártires a causa de la fe, muchos dan testigos en su día a día”.

El obispo auxiliar marcó la diferencia entre el servicio y el poder. “Todos tendríamos que estar ligados a relaciones de servicio, no de poder” indicaba. “El poder corrompe, es el anti-testigo. Nos olvidamos que el poder es intrínsecamente perverso. Jesús no manda, pide; no impone, propone; no domina, sirve” dijo Mons. Sergi Gordo. Por eso quiso hacer una pregunta a los feligreses y canónigos presentes. “Qué tipo de relaciones vivimos entre nosotros, de poder o de servicio?”.

Santiago, apóstol y mártir

El apóstol, conocido como Santiago el Mayor, fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Nacido a Galilea era el hermano mayor del también apóstol San Juan. La tradición dice que el santo llegó a la península Ibérica, justamente a Finisterre, el lugar donde los romanos consideraban el fin de la tierra del momento. “Santiago fue a las periferias” aseguraba el obispo que se encomendaba al santo para pedir ingenio y creatividad a la hora de acoger a todos los exiliados y desplazados. Al poco de este peregrinaje Santiago volvió a Jerusalén siendo el primer mártir en morir a golpe de espada.

Años después, durante la invasión musulmana de Jerusalén, las reliquias del apóstol fueron llevadas a Compostela para salvaguardarlas. Sus restos fueron llevados a través del que después sería el camino de Santiago de la Ruta Jacobea, que travesía Europa. Actualmente el camino de Santiago es uno de los centros de peregrinaje más importantes, equiparable con Roma o Jerusalén.

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