‘Sant Miquel del Port’ celebra la fiesta patronal con la participación del barrio

El obispo Javier Vilanova preside por primera vez la tradicional celebración de San Miguel Arcangel en Barcelona

Fotografías: Ramon Ripoll

La parroquia de Sant Miquel del Port de la Barceloneta ha celebrado la fiesta patronal de San Miguel con una misa que ha sido la acogida de todo el barrio. El obispo auxiliar de Barcelona, ​​Mons. Javier Vilanova, presidió la celebración que se enmarcó dentro de un ambiente alegre y fraterno marcado por la diversidad que vive en este barrio.

Al inicio, como es tradición, los feligreses llevaron unas ofrendas florales al arcángel San Miguel. En este sentido, tal como se hace cada año, los comercios, las entidades y asociaciones del barrio van a la iglesia de la Barceloneta y llevan flores al arcángel leyendo unos poemas.

El rector de la parroquia, Mn. Antoni Reina, afirmó, emocionado por el gran éxito de la celebración, que «la vida del barrio está conectada con la iglesia y la iglesia con el barrio» una singularidad que encuentra «atípica» en una ciudad tan grande como es Barcelona. Un barrio que él considera «un pueblo dentro de la ciudad», explicaba. «Es maravilloso y remarcable hacer saber que la fiesta del barrio comienza en la iglesia con el agradecimiento a San Miguel y pidiendo su protección», añadió.

«Depositar la vida en Dios»

Durante la homilía, el obispo Javier aseguró que era un honor participar de la celebración, durante la cual se mostró muy cercano. Este dirigió a los presentes recordándoles que Dios está presente siempre y muestra un amor desbordante por cada uno de nosotros. «Él nos conoce y nos ama».

El obispo Vilanova señaló este amor, que viene de la fe, como un legado que da a sus hijos, para que éstos lo transmitan unos a otros. «No perdamos el don que hemos recibido. Podemos perder muchas cosas, hasta la salud, pero por favor no perdamos la fe porque donde vas a depositar tu vida si no es en Dios», les dijo.

Participación y representación del barrio

Fue destacable la gran participación espontánea que tuvo durante la misa de la fiesta patronal. Es así, que al final de la misa el párroco dio la oportunidad a los feligreses de dar las gracias y alrededor de una decena de estos agradecieron espontáneamente «la vida que están brotando en la parroquia, donde se sienten acogidos ».

En esta línea participativa, también destacó el momento de las ofrendas, la representación del sector más humilde y solidario. Tres usuarios atendidos en el centro Lluïsa Marillac, de la congregación de las Hijas de la Caridad, ofrecieron luz, pan y vino. Entre estos también participaron voluntarios del Proyecto Sostre y niñas que habían hecho recientemente la primera comunión.

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