Rendir cuentas a todos los niveles, empezando por los obispos
Segundo día del encuentro sobre protección de menores en el Vaticano dedicada a informar sobre como ofrecer a las víctimas y a la sociedad lo que esperan de la Iglesia
Fotos y crónica desde Ciudad del Vaticano de Toni Hervás
“Evitar que quién sirve en la Iglesia abuse….” y que se responda adecuadamente. Segundo día de la reunión de protección de menores en el Vaticano dedicada a la rendición de cuentas y que ha empezado con esta oración. Con intervenciones que han puesto negro sobre blanco sobre como ofrecer a las víctimas y a la sociedad lo que esperan de la Iglesia. El Papa ya ha marcado buena parte del camino en este ámbito a los puntos de reflexión marcados ayer, y hoy los responsables religiosos han trabajado con las aportaciones de los cardenales Gracias (Bombay) y Cupich (Chicago) y de Linda Ghisoni, juez y subsecretaria del Consejo por Laicos, Familia y Vida del Vaticano.
El cardenal Cupich, que es también uno de los organizadores del encuentro, ha sido de los más contundentes proponiendo cambios y medidas concretas “para establecer leyes y estructuras sólidas respecto a la obligación de los obispos de rendir cuentas para proveer de un alma nueva a la realidad institucional de la disciplina de la Iglesia sobre el abuso sexual». En pocas palabras, dotarse de los mecanismos necesarios para destituir, si hace falta, a los obispos o responsables religiosos que no hayan actuado adecuadamente. Y podría ser “ante una carencia de diligencia grave, aunque no haya una falta intencional por su parte». ¿Cómo hacerlo? Con cambios legislativos canónicos y habilitando normas específicas a nivel de conferencias episcopales. Y entre las últimas van desde la atención psicológica a las víctimas a la creación de un fondo común para las investigaciones.
El papel de los laicos
Respecto a las estructuras a crear Cupich ha detallado que tienen que permitir el contacto y lo escucha radical y activa, con la ayuda de laicos y con una visión colegial, de forma que la Iglesia universal pueda actuar con coherencia (utilizando las tecnologías de la comunicación). Todo ello para poder hacer el acompañamiento auténtico de las víctimas y, a la vez, para que sirvan para obtener “una obligación de rendición de cuentas genuina a los casos de mala conducta de obispos y superiores religiosos y al mal manejo de los casos de abuso infantil.” En rueda de prensa posterior Cupich, junto con el cardenal O’Malley, ha insistido en la idea que los obispos tendrán que involucrar a los laicos a los procesos para conseguir “una mayor transparencia”. No obstante Linda Ghisoni, precisamente la única laica que ha intervenido hasta ahora, alerta que también entre ellos “puede haber y hay personas no libres, dispuestas a encubrir a priori». También los ha instado a revisar la normativa del secreto pontificio para ser más transparentes. A la transparencia, precisamente, dedicarán mañana todo su tiempo el participantes del encuentro.
Finalmente sobre la visión colegial de la respuesta a los abusos el cardenal Oswald Gracias ha manifestado la necesidad “de un mayor desarrollo de las competencias interculturales mediante una comunicación exitosa”. Así se podrían “tomar decisiones fundamentadas” teniendo en cuenta tanto las diferencias culturales como de recursos.