Por amor a los padres
Entrevista realizada a María Rosa Raventós, licenciada en Química

María Rosa Raventós estudió química para ayudar la empresa familiar, pero la vida la llevó a trabajar en Austria y Alemania con su marido, Santi, “un ejemplo de generosidad permanente y constante”, asegura. En un momento determinado, la María Rosa recibió la llamada de su padre, que le pidió que volviera a Barcelona, puesto que necesitaba que estuviera a su lado. Ella lo consultó con Santi, que aceptó sin dudarlo, y ambos cambiaron de vida “por amor a los padres”.
Usted es una persona a quien le han preocupado siempre las personas grandes que están solas ¿Nos falta generosidad afectiva?
Sí, ciertamente. He comprobado que cuando estás mucho de tiempo a las salas de espera de los hospitales, la gente mayor te mira y te dice muchas cosas con la mirada. Solo con la sonrisa que los puedas ofrecer, sus angustias y dolencias pueden llegar a ser más ligeras. Creo que es un ejercicio que tendríamos que hacer todos.
¿Por qué ha sentido siempre a Dios tan cerca?
Dios siempre está con nosotros. Solo hay que abrir los ojos para comprobar que la vida no es nuestra: todos estamos de paso. Él se manifiesta en todo. Por eso, hay que tener en cuenta la generosidad y la misericordia, como dice el Evangelio. La música también me ha ayudado a tenerlo cerca.
¿Qué le agradece más a dios?
Mis padres y mi marido ¡sin duda! De haber conocido personas buenas que nos ayudan a aprender y a superar las dificultades. La fe es lo más grande que podemos tener y, sin querer, se manifiesta siempre. En los momentos más felices, pero especialmente en los más duros, Dios siempre nos acompaña.
Entrevista realizada por Òscar Bardají y Martín para el Full Dominical del 20 de octubre.