Omella insta a «ser servidores de Dios» durante la Misa Crismal en Barcelona

El arzobispo de Barcelona agradece al clero diocesano su labor "callada y generosa" y les invita a "remar mar adentro"

Como ya es tradición en la archidiócesis, este Martes Santo ha tenido lugar en la Catedral de Barcelona la Misa Crismal. Se trata de la celebración en la que tiene lugar la consagración de los Santos Óleos (el de los enfermos, el de los catecúmenos y el santo Crisma) que se usarán a lo largo del año, así como, la renovación de las promesas por parte de todo el clero diocesano.

Mientras las ánforas que contenían los tres aceites reposaban en el corazón de la Catedral, los sacerdotes se preparaban para la procesión de entrada. Un largo séquito de sacerdotes dio paso al inicio a la celebración, a cargo del arzobispo de Barcelona card. Joan Josep Omella. Al lado, estaba el arzobispo emérito card. Lluís Martínez Sistach, así como, Mons. Sergi Gordo y Mons. Antoni Vadell, que se estrenaban en la celebración, concelebrando por primera vez, como obispos auxiliares.

Gracias por el ministerio

El cardenal Omella, durante la homilía, ha agradecido a todos los presbíteros presentes por su ministerio. «Aunque a veces pueda haber lágrimas – decía el cardenal- hay que hacer frente los obstáculos, como la secularización que puede llevar al desánimo».

«Es precioso este esfuerzo que hacéis a los ojos de Dios» -insistía Omella. «Gracias por vuestra labor callada y generosa, que da sus frutos en un testimonio de alegría y esperanza y en un espíritu misionero», dijo.

Destacó la relación necesaria entre sacerdotes y obispos y, cómo se necesitaban mutuamente para ejercer su misión ministerial.

«¡No sucumbemos!»

Instó a no «sucumbir a la tentación del éxito» ni «ir de triunfadores por la vida». «No puede ser más el discípulo que el maestro» -dijo citando lo que decía Jesús. «Ni el dinero ni el honor puede llenar más el sacerdote que el hecho de poder hacer suyas las palabras de aquel que la ha llamado»,  añadió.

Testimonio misionero

El arzobispo de Barcelona hizo referencia a las palabras de Jesús, «rema mar adentro». Una expresión con la que invitó a los sacerdotes «a caminar por nuevos caminos y ser misioneros de Dios en todo momento y en todas partes».

Les recordó la presentación que tendrá lugar pronto del nuevo Plan Pastoral, por el que «no podemos detenernos», dijo Omella. «Tenemos que ser servidores del amor misericordioso de Dios». Según dijo, «el testimonio lo podemos hacer de mil maneras pero no podemos ocultar nunca el testimonio de la misión». «No podemos cruzarnos de brazos, sino que los tenemos que abrirlos y estar dispuestos a la voluntad de lo que nos pide el Señor».

Agradecimiento a la feligresía

También, dedicó unas palabras a la feligresía, presente durante la celebración. Otro agradecimiento por su oración y devoción. «Ejercemos el sacerdocio para vosotros». «No siempre sabemos manifestaros el amor que tenemos- excusaba el cardenal- pero nuestro objetivo es gastarnos y desgastarnos hasta el final para vosotros, Pueblo de Dios».

Promesas y bendición de los otros aceites

Tal como se estipula, durante la Misa Crismal, los sacerdotes hicieron la renovación de las promesas sacerdotales, respondiendo al unísono las preguntas del cardenal: «sí, quiero». Posteriormente, el pueblo fiel rogó por los sacerdotes de la archidiócesis y por el Cardenal, para que sea «fiel al oficio apostólico».

Los diáconos tomaron las tres ánforas de aceites y las trasladaron al altar. Después de la oración eucarística, el Cardenal Omella bendijo el óleo de los enfermos.

Después de la comunión, el Cardenal Omella bendijo el óleo de los catecúmenos y consagró el Santo Crisma, junto con los concelebrantes, los cuales extendieron su mano derecha.

Bodas de oro y plata

El arzobispo de Barcelona regaló un obsequio a los sacerdotes que celebran, a lo largo del año, su boda presbiterales de oro y de plata.

Celebraban los cincuenta años: P. José Joaquín Domezáin, Mn. Jordi Farré Muro, Mn. Benet Jaso Adrián, Mn. Fernando Perales Madueño, Mn. Jesús Sanz García, Mn. Josep Oriol Xirinachs Benaven.

Entre los que hacían 25 años de ordenados destacaban: Mn. Jordi Alarcos Carbonell, Mn. Juan Barrio Puente, Mn. Ignasi Borrull Puigarnau, Mn. Joan Cabot Barbany, P. Francesc Costa Heredia, OFM Cap, P. Javier Domingo Garmón Calvo, O.Carm, Mn. Evelio Moreno Palacios, Mn. Francesc Xavier Pagès Castañer, Mn. Salvador Roura Comas, Mn. Ramon Octavi Sánchez Valero, Mn. Albert Sols Lúcia, Mn. Laurentino Toasiché Mososó, Mn. Alfredo Valladares Retamero.

También, los diáconos Mn. Jaume Camarasa y Mn. Ferran Singla cumplían las bodas de plata diaconales 1993 hasta 2018.

Procesión final

Una vez finalizada la celebración, todos los sacerdotes salieron en procesión hasta el Claustro de la Catedral. Allí permanecerán los santos óleos, para que los rectores de las parroquias puedan llenar sus crismeras, a lo largo de toda la Semana Santa.

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