Mn. Cabot: «La comunidad cristiana tiene que ser profética con una gran capacidad de acogida»
Testimonio de Mn. Joan Cabot director del Secretariado de Pastoral con Migrantes del Arzobispado de Barcelona

Dentro del eje de la Pobreza, en el que la Iglesia archidiocesana quiere profundizar especialmente este año, en el Plan Pastoral, destaca la relación con los migrantes. Más que migrantes, «personas que viven o han vivido un proceso de migración». Así lo detalla el responsable del Secretariado Diocesano con migrantes de Barcelona, Mn. Joan Cabot. Esta semana, explica los propósitos de este ámbito social de la Iglesia, dedicado a la atención de los recién llegados. Un área «muy transversal, ya que, se encuentra en todas las pastorales eclesiales», asegura Mn. Cabot.
Pastoral integradora y diversa
El Secretariado Diocesano de Pastoral con migrantes, es una parte comprendida dentro de la Pastoral Social. Como objetivo, quiere promover una pastoral multicultural, abierta e integradora. Es decir, que responda a la diversidad orígenes, tradiciones y culturas de los cristianos y cristianas que hoy formamos la Iglesia en Cataluña.
Tal como explica Mn. Cabot, «pretende ayudar a hacer una buena acogida a aquellos en proceso de migración, ya sea, en la Iglesia como en la sociedad». Por ello, por un lado, ofrece atención social gestionada con otras entidades especializadas en vivienda, empleo o papeles. Estas entidades, entre las que se encuentra Cáritas Barcelona, se dedican a facilitar todas estas necesidades. Así, la pastoral Social coordina las relaciones y facilita el contacto de las personas con estas instituciones.
Proceso de acogida mutuo
Por otra parte, fuera del terreno más legal, desde el Secretariado se quiere promover que «haya un proceso mutuo de integración», explica Cabot. Se pretende que la pastoral con los recién llegados o inmigrantes no sea una pastoral específica o segregada, sino una pastoral transversal que abarque todos los ámbitos de la vida de la Iglesia.
Por ello, se trabaja para «que estas personas encuentren acogida y se sientan parte de esta comunidad diocesana. Pero, sobre todo, que la Iglesia se reconozca en estas comunidades y estas personas», explica. En este sentido, el responsable del Secretariado con migrantes, expone que «a veces parece que sean de segunda fila y no acabamos de ver que la iglesia diocesana es muy diversa y todas ellas forman parte», explica Joan Cabot.
Un episodio único en la historia de Barcelona
Mn. Joan Cabot y Barbany llegó a la Pastoral con Migrantes atraído a partir del famoso cierre a las iglesias de 2001. Una situación que comenzó por la reivindicación de derechos por parte de los migrantes y que, ante la nula respuesta política, recibió la mano y la acogida de la Iglesia. Primero, por parte de la Parroquia de la Mare de Déu del Pi, donde el rector, Mn. Vidal Aunós, acogió un gran grupo de personas con la premisa de que «su ley era el evangelio y que en la Iglesia nadie era extranjero», explica Cabot.
«Este hecho se fue extendiendo a varias iglesias hasta llegar al Corazón donde me encontraba y donde acogimos cuarenta extranjeros. A partir de esa experiencia impactante y positiva, hice la opción para este tipo de pastoral».
Una iglesia profética
Mn. Joan Cabot exhorta a la iglesia a ser profética. Sobre todo, ahora, un momento con tanta movilidad humana: personas que vienen por trabajo o huyendo de la violencia o la pobreza. «La Iglesia debe de estar especialmente atenta a que no puedan sentir rechazo por parte de la sociedad», explica Cabot.
El responsable del secretariado con migrantes, recuerda que muchas de estas personas ya padecen la añoranza de sus casas, el sentimiento de familias partidas, y situaciones difíciles. Por ello, invita a «la comunidad cristiana a ser profética con una capacidad de acogida grande». «Hay que dejar las actitudes de desprecio o racismo, incluso, para ser cuidadosos y acoger, no sólo como servicio o atención social, sino también para que sientan su pertenencia a la iglesia desde una comunidad como otra» , añade.