Las comunidades africanas de la diócesis se unen en una celebración en Santa Maria de Sants
Cerca de trescientas personas celebran con los africanos residentes en Cataluña una misa al estilo del continente Africano
Fotografies: Ramon Ripoll
Este último sábado de febrero, todo aquel que pasara por la parroquia de Santa María de Sants durante la tarde, podía escuchar los cantos de alabanza que resonaban desde la iglesia. Una señal clara y sonora del encuentro celebrado por las diferentes comunidades africanas residentes en la diócesis de Barcelona. Ha sido la tercera edición que contó con la asistencia del arzobispo de Barcelonal, card.Joan Josep Omella, quien presidió la celebración e, incluso, entonó alguno de los cantos, que caracterizan las celebraciones africanas. También asistió el director del Secretariado de la Pastoral con Migrantes, Mn. Joan Cabot que concelebró.
Acoger y ser acogidos
«Para los africanos el canto es la forma de expresar nuestra fe y alabar a Dios». Así lo explica el padre Frédéric Djouyep, sacerdote proveniente de Camerún adscrito a la parroquia de Santa María de Sants. Asegura que para él y para los africanos católicos poder celebrar la misa como si lo hicieran en África en Catalunya supone «un motivo de felicidad y esperanza».
Frédéric Djouyep detalla orgulloso como trescientas personas se unieron a la celebración y destaca la pluralidad de éstas, entre las que se encontraban feligreses autóctonos, africanos de diferentes comunidades de la diócesis, así como religiosas de diferentes congregaciones. Precisamente, Joan Cabot afirma como el objetivo de la Pastoral con Migrantes va encaminado con este propósito de acoger al recién llegado para que pueda integrarse y a la vez ser un nexo con la diócesis, de tal modo que la feligresía de aquí también se relacione y conozca su cultura. Además, Mn. Djouyep destaca «la necesidad de crear un punto de encuentro y un motivo de unión entre los africanos aquí» para crear vínculos y tener estos momentos para unirse y rezar como si lo hicieran en el continente africano.
Vivir la Palabra de Dios en comunidad
En el momento de la homilía, el cardenal Omella, que durante un año convivió en Zaire con los Padres Blancos, destacó la nostalgia que sienten todos aquellos que han viajado y conocido África. «Todo aquel que le ha conocido la estima y la respeta con todas sus virtudes y defectos», dijo. Expresó su satisfacción de poder compartir con la comunidad africana sus celebraciones e invitó también a amar a Cataluña, la tierra, las costumbres su lengua. «El amor nos une a todos, por eso somos cristianos y católicos porque hay de corazón el amor. Porque Dios no es más que amor». «Dentro de la diócesis de Barcelona, tiene una gran casa común, donde vive el amor sin dejar sus raíces y se integra», añadió.
El Cardenal recordó que «es la palabra de Dios la que nos convoca y habla». De ésta subrayó tres ejes. En primer lugar, dejarse guiar por la luz de Dios, que nos ilumina y nos une. «Cada uno unidos al señor llevamos nuestra luz». En segundo lugar, librarse de los prejuicios que separan y, en tercer lugar, escuchar al Santo Padre que nos convoca a caminar juntos, en sinodalidad.