La misión de la Iglesia: hacer nuevos discípulos

Las Conferencias Cuaresmales en la Concepción se inician con el laico Tom Corcoran y las claves para una renovación en las parroquias

Tom Corcoran. Baltimore, USA. Laico, con siete hijos. Coautor del libro “La reconstrucción de una parroquia” y el primer ponente de las Conferencias Cuaresmales 2019 en la parroquia de la Purísima Concepció. Cuando entró a la parroquia para ayudar al P. Michael White a la pastoral de jóvenes era una persona creyente pero no especialmente ligada a la Iglesia. Un inicio que iba a durar tres años. De esto hace 21.

«Te has preguntado nunca: por qué soy aquí?», empezaba Corcoran. La pregunta siguiente fue: “Por qué existe la Iglesia?”. Una pregunta que cuando llegó a la parroquia de Baltimore no tenía respondida. Un planteamiento al cual no le concentraron mucha atención durante los primeros tiempos de parroquia y que se tradujeron a una conversión de jóvenes “consumistas de religión” y a un trabajo que lo acabó quemando.

«Cuando no sabemos por qué basura algo, perdemos el norte». Una certeza que nos lleva a descubrir el porqué de las cosas. “Por qué existe la Iglesia?”. Tom Corcoran descubrió la respuesta: “Cuando Jesús resucita, Dios le otorga toda la autoridad sobre el cielo y la tierra, una autoridad que le había dado al primer hombre y que cedió a la tentación. Jesús, al resucitar dice: «La autoridad del cielo y tierra me ha sido dada a mí, y os la doy a vosotros. Quiero que vayáis y hagáis discípulos». Por eso existe la Iglesia” asegura Corcoran.

«id y haced discípulos de todas las naciones, construid una Iglesia universal»

Por lo tanto, la respuesta al porqué la Iglesia existe son los discípulos. Jesús pasó el testigo de salir y pronunciar el mensaje de Dios por todas partes para, así, hacerlos discípulos. Es decir, aprendices. Personas que crecen para asemejarse cada vez más a Jesús, que crece en el aprecio, que transmite el mensaje del Evangelio y acoge además personas que se sienten solas porque los carece algo. “Jesús dijo: «si me seguís, os haré pescadores de hombres»; por lo tanto, si lo seguimos, otra gente también se unirá” asegura Corcoran. “Cuando entendimos esto y salimos a otras parroquias aprendimos que si queremos crecer, tenemos que salir de nuestra zona de confort”.

Tres estrategias para hacer nuevos discípulos

Cambiar gente de Iglesia por “gente de fuera”

“Es el primer cambio que tenemos que hacer: salir y recibir a la gente de fuera la Iglesia”. Por este motivo el P. White y Tom Corcoran cambiaron sus estrategias y empezaron a dar la bienvenida a los de fuera. Mirar el punto de vista de la gente que no va a la iglesia. “Si queremos que la Iglesia crezca, en todos los sentidos, tenemos que irlos a buscar”.

Por eso, se inventaron la figura de Tim. Tim es un hombre de tradición católica, que el único que sabe de la religión es el que recuerda de la infancia y el que ha leído a “El Código da Vinci”. Tiene unos cuarenta años, exitoso con su carrera pero con bastante estrés. Tanto con los niños, que los tiene que llevar a la escuela y a extraescolares, como con los problemas matrimoniales, laborales y financieros. Los fines de semana, en vez de ir a misa ve deportes por la televisión. “Creamos esta figura por qué nos identificamos con él, es la típica persona que no viene a misa. Así nos ayuda a crear perspectiva de la persona fuera de la Iglesia”.

Prioridad al fin de semana

“El momento de dirigirnos a «Tim», de nuestras zonas es el fin de semana”. La misa del domingo es el momento más claro porque estas personas entre semana no dispondrán su poco tiempo a asistir en la iglesia y menos si piensan que es aburrida. “La misa de los domingos es una gran oportunidad para crear discípulas” asegura Tom Corcoran. “El peor que nos puede pasar es que nos consideren irrelevantes” expresa Corcoran. Porque esto no pase el laico norteamericano ha creado tres puntos para conseguir que el mensaje cale a cada persona que va a la Iglesia; La música, el mensaje y los ministros voluntarios.

La Música

“La música es el agua sobre la cual navega la misa” asegura Corcoran. “Es la oportunidad de conseguir tocar el coro a la gente”. En Baltimore tenían música folk, un coro  con órgano y la “misa silenciosa”. Jefa de las tres se salía. Todo el mundo pensaba que lo hacía mejor del que realmente lo hacía y la gente no cantaba, así que el P. White y él mismo, después de un tiempo sin hacer nada, invirtieron mucho tiempo y dinero y cambiaron la música radicalmente. “La música tiene un gran potencial para llegar a los coros de la gente; tiene mucho poder” consiguieron entender.

El mensaje

“Las palabras tienen un gran poder entre la vida y la muerte” resta un proverbio. “Las homilías han cambiado quién soy yo” asegura Corcoran. Por el laico, el momento de la misa del domingo a la homilía es la oportunidad porque la gente contemple los cambios que pueden llegar con la palabra de Dios. “Te permite predicar a un máximo de personas”. Si un cura se pasa una hora con una persona, solo predicará a aquella sola persona, si lo hace en una homilía, el mensaje llegará mucho más allá.

Los ministros voluntarios

Es una de las partes más importantes, según Corcoran. Primeramente se encuentran los ministros de la hospitalidad y la acogida. Estos están al parking de la iglesia, a las puertas, ayudando que la gente se siente y también a los refrigerios. “Damos un mensaje que estamos muy organizados y contentos de recibirlos. Así, trabajando juntos creamos un ambiente que ayuda que otras participen”. Por Corcoran son cosas muy sencillas pero que marcan la diferencia. También hay ministros que se encargan de los más pequeños porque los adultos disfruten de la misa y los dan formación religiosa.

Tener clara la idea de los discípulos y el camino a seguir

“Hay que conseguir que la gente se responsabilice de su fe. Que aprenda a crecer y hacerse propia la misión de salir de la Iglesia y hacer más discípulos” asegura Corcoran. “Jesús vino al mundo para servir y esto es el que pide que hagamos todos”. El laico pide a todos que “sea ministro y se pose al servicio del otro”. Jesús, hace 2.000 años ya decía que el principal adversario para estimar Dios son el dinero. “Donde posas el coro tenso un tesoro y en muchas ocasiones nos gastamos el dinero allá donde posamos el coro”.

En Baltimore quieren que la gente se comprometa en un grupo pequeño. “Necesitamos amigos y fe. Los amigos influyen mucho en nuestras vidas” asegura Corcoran. Estamos creados para estar en comunidades. “Queremos crear amigos en la fe y los pequeños grupos es la mejor manera de hacerlo y que se conozcan en profundidad” explica. «Tenemos que compartir nuestra fe». Por Corcoran hay que llegar a la gente de nuestro alrededor que no está conectada con Cristo y animarla a venir.

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