A pesar de la pandemia, continúa la esencia de la comida de Navidad de las “Hermanas Calcutas”

El cardenal Omella recuerda que la magia de la Navidad reside en las periferias allí donde se presente el rostro de Cristo

Fotografías: Ramon Ripoll
Este año la pandemia no ha sido impedimento para que las Hermanas Calcuta sirvieran la tradicional comida de Navidad a la gente pobre. Debido a las restricciones de seguridad del PROCICAT, no se ha podido servir una comida en la mesa, pero sí entregar en mano todo lo que es indispensable que supone la comida de Navidad, recientemente preparado. La entrega se ha hecho después de la celebración que ha presidido el arzobispo de Barcelona, ​​Card Juan José Omella, acompañado del obispo auxiliar Mons. Javier Vilanova.

Y, sin embargo, es Navidad

Como cada año, la misa con las Hermanas Calcuta de Barcelona en la parroquia de Sant Agustí, ha sido la primera celebración de Navidad. Así ha hecho mención el cardenal Omella que ha destacado la singularidad de este año. «Aforo limitado, una comida servido con bolsas… Todo tan diferente… – decía el Cardenal – pero aún así, sigue siendo Navidad».
El Cardenal ha reafirmado que se trata de la «misma Navidad de María y José que tuvieron que alojarse en las periferias junto a los más pobres». Un camino en el corazón de Belén, tal como explicaba Omella, «en las periferias como hacen las Hermanas de Calcuta cuidando de aquellos que más lo necesitan, como el Hospital de Campaña de Santa Anna y las Cáritas parroquiales de la diócesis, que atienden a los más pobres».

Dios en los más pobres

Omella ha recalcado esta esencia de Navidad, que se hace presente en «la humildad de sentirnos pastores de Belén». «Allí donde hay un ser humano allí está Dios, donde hay un pobre allí nace Dios. Esto es lo que ha entendido y vive, y de ahí su entrega y veneración para él», les decía a los voluntarios y las religiosas de Calcuta. «En medio del dolor y del sufrimiento, incluso, en medio de esta pandemia, ver el afecto y la atención con la que los voluntarios y las religiosas os entreguéis sueldo una muestra que Dios está entre nosotros».
Agradecido al servicio de entrega que hacen las hermanas Calcuta cada día, las ha ejemplificado como «estrellas que brillan en el firmamento de Barcelona y dan esperanza de que la humanidad está salvada, porque hay la luz de Jesús». Así, constató que «habrá Navidad porque Cristo está a nuestro lado». «El Covid no puede llegar al alma de aquellos que en el cielo ponen su esperanza en nosotros. Nadie nos podrá arrebatar la certeza de que Navidad es símbolo del amor de Dios». «Gracias a Dios porque en medio de todas las pandemias el corazón de la gente es un corazón lleno de amor. La mejor lotería es que hay un corazón humano que comparte y reparte», ha añadido.

Bendición de la comida en la calle

Tras la celebración, se ha entregado la comida de Navidad a la gente sin techo. Una comida caliente aún donde no ha faltado, entre otros, los turrones ni el pollo asado. Antes, sin embargo, como en todo el almuerzo se ha hecho la bendición. El Cardenal se ha dirigido, con Mons. Vilanova, allí donde esperaba la larga cola de personas, y donde estaban todas las bolsas de comida. Este año no había una mesa puesta ni la decoración de Navidad, pero sí la verdadera esencia, la caridad que aquellos pastores tuvieron con el hijo de Dios, presente en los mismos que hoy han comido el tradicional comida de Navidad de las hermanas Calcuta.
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