Juli de Nadal: «La mayor parte de las personas presas están totalmente marginadas»

Un médico explica su testimonio en el voluntariado penitenciario que realiza con Justicia y Paz desde que se jubiló

Esta semana, Juli de Nadal, médico jubilado, nos cuenta su testimonio desde su colaboración con Justícia i Pau. Concretamente, forma parte del voluntariado penitenciario de la entidad. Se unió al jubilarse, con el deseo de colaborar con los más vulnerables, en este caso, aquellos que se encuentran en prisión.

Voluntariado en prisión

El voluntariado de las cárceles que gestiona Justícia i Pau tiene como propósito contribuir con «la rehabilitación y reinserción social de las personas encarceladas, especialmente las padecen un mayor desarraigo social». Además, trabaja para «crear un clima de convivencia y respeto dentro de los centros penitenciarios y, en general, ayudar a las personas privadas de libertad en lo posible, con actividades educativas y culturales y de acompañamiento personal en los centros penitenciarios».

Juli relata cómo tras la jubilación, se lo planteó como una prioridad. «Desde hace muchos años lo he tenido en la cabeza, porque es un mundo totalmente desconocido y la gente debería conocerlo mejor. Hay que explicar a la sociedad cuál es el mundo de los presos».

Acompañar en la reinserción

Tal como explica el Dr. Juli de Nadal, su tarea consiste en acompañar aquellas personas que se encuentran a punto de salir de la cárcel. «Muchos de ellos han sido a lo largo de muchos años y necesitan alguien que les ayude a poner orden – explica- con las necesidades más básicas como: como ropa, alimentos, vivienda, etc.»

En su testimonio, expone como él y los voluntarios que están en este servicio, tratan de ayudarles para que «poco a poco, tomen sus decisiones». «Queremos que sepan que la fe sin obras no vale. Y estas obras tienen una vía que son las Bienaventuranzas», asegura. «Yo miro de utilizarlas como una guía de mi vida».

Lucha contra la marginalidad

Juli de Nadal, hace un llamamiento a la Iglesia y a la sociedad, a quien alerta de que «hay que luchar mucho contra la marginalidad». «La mayor parte de las personas que se encuentran dentro las cárceles están totalmente marginadas – lamenta-. Se debe buscar alternativas a la prisión, aunque puede rehabilitar, es muy difícil». 

En este sentido, Julio cree que se debe facilitar más los recursos para la inserción social, sobre todo, en el tema de la burocracia. «Desde cómo agilizar los papeles y legalizarlos, el tema de la vivienda, encontrar trabajo, etc». «La sociedad debe ser consciente de que tiene este problema que requiere dedicar recursos y sobre todo orientaciones, para encontrar una solución. Son elementos muchos básicos de lo que la sociedad debería responsabilizarse», añade.

En una entrevista con el Col·legi de Metges, afirmaba también que además de dar, él recibía también en forma de «enriquecimiento personal e intelectual». «Es un mundo que realmente existe y tiene muchos matices e historias que te dan una perspectiva de las cosas más ajustada a la realidad», explica.

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...