Mons. Vadell: «En situaciones difíciles los mártires tienen que ser nuestro grito de esperanza a Dios»

El obispo Antoni Vadell presidió el tradicional acto de apertura de los Santos Mártires que cada año inicia la quatricentenària fiesta de Vilassar de Dalt

Este 28 de abril el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Antoni Vadell, se ha unido al acto festivo de la Apertura de los Sants Màrtirs, que tiene lugar a la parroquia de Sant Genís de Vilassar de Dalt desde hace siglos.

Cada 29 de abril, el pueblo de Vilassar de Dalt celebra la tradicional fiesta de los Sants Màrtirs. Empieza el día antes con este acto en el cual se abre el retablo de madera donde hay depositadas las reliquias de los Sants Mártires. Así, se inaugurando la fiesta. Las reliquias quedan a la vista para poderlas venerar durante los tres días que dura la fiesta que se celebra desde 1654. «Es una fiesta antigua y estimada en nuestro pueblo, religiosa en sus orígenes, arraigada en el tiempo, vivida con intensidad, asumida masivamente y entendimiento como un signo de identidad vilassarenca», explica uno de los responsables de la cofradía Josep Samón.

Celebración con los representantes del pueblo

El año pasado, en pleno confinamiento general por la pandemia, se procuró mantener los actos tradicionales a través de las redes. Este año, todo y las limitaciones vigentes, la parroquia de Sant Genís ha podido acoger los representantes del pueblo necesarios para el acto. Así, con el templo lleno hasta un 50% del aforo y las limitaciones requeridas – tal como se establece desde el Departament de Salut de la Generalitat- se ha podido celebrar esta fiesta tan arraigada en el pueblo.

El obispo Vadell entró acompañado de la comitiva. Entre estos, el rector de la parroquia Mn. Antoni Suriol, así como, de la alcaldesa de la localidad. Entre la feligresía, había los diferentes grupos representantes de la villa. Al inicio, los representantes de cada vecindario desfilaron con el estandarte identificativo que se dejó al altar. Seguidamente, la gran comparsa de la fiesta Mayor, los gigantes más grandes de Vilassar danzaron ante los presentes y la capilla donde hay las reliquias.

Un compromiso de los vilassarencs

La alcaldesa intervino pronunciando la renovación del Voto de pueblo, una tradición recuperada hace quince años en Vilassar, que rememora un acuerdo que se hizo en 1654. Los vilassarencs acordaron la celebración de la fiesta mayor de los Sants Màrtirs, cada 29 de abril. Así, con este pacto, en plena época de penurias, se tenía la esperanza que la dedicación de aquella fiesta llevara paz y prosperidad en el pueblo. La alcaldesa pronunció el Voto de Pueblo con la certeza que «solo con el respeto mutuo, diálogo y colaboración logrará una prosperidad universal y que la paz impere».

«Una luz de esperanza»

Por su parte, el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Antoni Vadell,se dirigió a los vilassarencs y vilassarencas recordando la importancia del porque se celebra esta fiesta. En un año en que la fiesta se ve limitada por la pandemia, el obispo Toni animó a pensar en la verdadera «raíz de la fiesta: los Sants Mártires». «En situaciones difíciles los mártires tienen que ser nuestro grito de esperanza a Dios», dijo. En este sentido, expuso como, con este hecho de abrir las puertas de los Sants Màrtirs, rememoramos la sabiduría de nuestros antepasados. «Ellos sabían que, pasara el que pasara, nuestra esperanza está en Dios – explicaba el obispo Toni-. Esto es el que tenemos que tener presente en esta fiesta, va dir. De este modo, exhortó a todos a vivir este año la festividad con «la oportunidad de decir gracias a los Sants Màrtirs para ser una luz de esperanza», añadió.

Después de los parlamentos, se procedió a la apertura de los Sants Màrtirs. Con el obispo y las personalidades del ayuntamiento presentes alrededor de la capilla, se abrió el plafón de madera dejando las reliquias a la vista. La capilla quedó rodeada de las flores que llevaron cada uno de los grupos del pueblo, que después fueron a venerar las reliquias. 

Historia de los Sants Mártires

Esta devoción en los Sants Màrtirs de Vilassar arranca desde misma llegada de las reliquias en 1623. Fue Salvador Riera, natural de Vilassar, quien llevó desde Cerdeña un gran número de reliquias — pertenecientes a sesenta y siete cuerpos diferentes— que le habían sido ofrecidas por el arzobispo de Caller. Dos años después, el 1625, se iniciaba la construcción de una capilla propia para los Sants Màrtirs, anexa en la iglesia parroquial. La capilla quedó terminada el 1632 y el 1634 se hacía un altar y un gran retablo-relicario donde se guardaban las reliquias. Desde la construcción del retablo-relicario se debería de practicar la costumbre de abrir y cerrar los Sants Màrtirs para poner las reliquias a la veneración de los devotos.

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