Jóvenes enamorados de Jesús

Artículo del obispo Taltavull sobre su experiencia al administrar el sacramento de la confirmación a los jóvenes

Estos días, he tenido la alegría de administrar el sacramento de la Confirmación a unos setenta jóvenes, chicos y chicas estudiantes, después del proceso de crecimiento cristiano y con la voluntad de fortalecer la fe en el seguimiento de Jesús. Les han acompañado sus padres y padrinos, emocionados, mostrando así aquel apoyo tan necesario en esta edad joven y a lo largo de la vida. Toda una comunidad de fe en fiesta, viviendo la alegría del Evangelio, proclamado con la propuesta de felicidad que expone Jesús en las bienaventuranzas.

Situando a Cristo en el centro de todo, la Palabra de Dios nos ha exhortado a revestirnos de compasión, de bondad, de humildad, de serenidad y paciencia y, mediante el ejercicio del perdón, a vivir en el amor y la paz de Cristo. Sin embargo, no todo resulta fácil. Estos jóvenes saben —y así lo han manifestado— que el ambiente que les rodea no siempre está a su favor y que vivir en cristiano en un entorno egoísta y ambicioso les crea no pocas dificultades y les ofrece vivir de su atractivo. Saben, también, que seguir a Jesús y presentarse como cristianos, de palabra y con hechos, comporta reacciones de indiferencia cuando no de insulto y rechazo. Además, de forma valiente y enfrentándose a las dudas, han manifestado la alegría de creer en Jesús y, así, ver fortalecida su fe.

Con la luz que nos viene de la palabra de Dios, he podido responder a una serie de preguntas que los propios jóvenes me han planteado. Les preocupa cómo conservar la fe a lo largo de su vida; ver a cristianos a quienes cuesta decir que lo son; la inmersión en una sociedad que les hace olvidar aquello que es realmente importante; no ser suficientemente fuertes ante las dificultades y no saber dar una respuesta de fe cuando hay una contrariedad o una desgracia; cómo mantener encendida la llama de la fe y llevarla a quienes no creen. Entonces, juntos hemos buscado dónde se encuentra el alimento —el verdadero alimento— y lo hemos visto en la oración, en la atención a la Palabra de Dios y a la vida, en la solidaridad y el servicio como expresiones del amor.

Sebastià Taltavull
Obispo auxiliar de Barcelona,
administrador apostólico de Mallorca y
obispo electo de Mallorca

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...