Identificarse con el Buen Pastor
El obispo auxiliar Toni Vadell preside la ordenación presbiteral del carmelita descalzo Fr. Andrew Llanes Amaro
“Yo soy el Buen Pastor, y el Buen Pastor da la vida por sus ovejas”. Este fragmento del Evangelio es el que protagonizó la ordenación presbiteral del carmelita descalzo Fr. Andrew Llanes Amaro. Así, el obispo auxiliar Mons. Antoni Vadell presidió la ceremonia que tuvo lugar al monasterio de las Carmelitas Descalzas. Un acto para dar gracias y abrazarse al Buen Pastor, al Señor que está en la cruz.
Escuchar la voz del Buen Pastor
En la ordenación, el obispo auxiliar hizo referencia a la imagen de Jesús como el Buen Pastor. Y es esta configuración a la que los hermanos ordenados tienen que aspirar, según Mons. Vadell. De este modo, se subrayó que las ovejas escuchan la voz del Buen Pastor y la reconocen. El obispo Toni animó, pues, a “identificarse con Él, a reconocer esta voz”. Recordó cómo el carmelita había sentido desde los 8 años esta llamada y que ha resultado ser un compromiso de por vida. Es, por lo tanto, un ejemplo “de aprender a escuchar esta llamada”.
En el encuentro íntimo con Jesús, escuchando su voz, “el Señor va configurando en Él”. Ahora bien, la historia del cristiano, del discípulo, no deja de ser “una investigación y encuentro constante del recogimiento”. También, el obispo subrayó el gran don de la libertad humana. Y es que, tal como dijo en la homilía, “qué gran gozo escuchar su voz y escoger libremente”.
Enamorarse
No obstante, tal como Vadell indicó, la receta que ayuda a seguir este Buen Pastor es “enamorarse de Jesús”. Y es este Amor quien “te lleva a mostrarlo a todas las personas que encuentres en el camino”. Se trata de dejarse guiar por Él y “anunciar este gozo”. También hizo referencia a Pablo y Bernabé, que necesitaron compartir el encuentro con el Señor. Esto es “ser apóstol, no es un mandamiento, sino que aquel que se encuentra en Cristo tiene la necesidad de explicarlo”.
Además, remarcó el hecho que la vida cristiana no es una conmemoración ni una memoria. “No es del pasado, sino que pasa cada día: Cristo ha resucitado y es contemporáneo a nosotros”. El Evangelio es, pues, “lo que sucede ahora”. A pesar de todo, a la hora de transmitir este mensaje de Amor ha habido diferentes reacciones a lo largo de la historia. Hay quién, enamorado del mensaje, quiere vivir en Cristo, pero también quién lo rechaza. En los primeros cristianos, se ve como entre los mismos apóstoles nacen las envidias, y las persecuciones. De aquí, el obispo Vadell, con un tono sincero recordó al nuevo presbítero “no tener miedo ante la cruz, a la persecución”. Así, volviendo al inicio, el Buen Pastor se encuentra a la cruz, puesto que “la fecundidad de la Iglesia pasa por la cruz”. Así, concluyendo, invitó a pedir esta entrega total: “Jesús, por Tú lo que sea!”.