«Algunos fundamentalistas actúan con intenciones políticas»
El cardenal Souraphiel lidera una comisió que trabaja por la reconciliación y la paz en Etiopía, tras 20 años de guerra con Eritrea

Actualmente hay 17 cardenales africanos, y uno de los más activos es el etíope Berhaneyesus Souraphiel. Tiene 71 años. Fue estudiante en Londres y en Roma; y como sacerdote, durante la represión comunista en su país pasó 7 años en la cárcel. Explica, para Rome Reports, que en Etiopía siempre han convivido en paz cristianos y musulmanes, y que han colaborado en la construcción de iglesias y mezquitas. No obstante, últimamente la situación está cambiando por motivos políticos.
Una situación crítica
“Hay un grupo de fundamentalistas que de pronto vienen y provocan persecución, queman iglesias, a veces también mezquitas. Ante esto, cristianos y musulmanes se quedan confundidos: ¿qué está pasando? Porque no es persecución religiosa sino política”, explica el Arzobispo Metropolitano Addis Abeba, el cardenal Berhaneyesus Souraphiel. El cardenal asegura que han encontrado los cuerpos de 30 etíopes mártires que en 2015 fueron asesinados en Libia por el Estado Islámico, y que le gustaría recuperarlos y darles sepultura en su país.
“Les decían: O te haces musulmán o te matamos. Respondían: Somos cristianos. Así que fueron asesinados en el desierto de Libia”, explica el cardenal. “La persecución es tan antigua como el cristianismo. En el Imperio Romano, los gobernantes persiguieron a los cristianos, pero luego, con la ayuda de Dios, los emperadores se bautizaron y el Imperio Romano se convirtió en un Imperio cristiano. Pero también después siguió habiendo persecuciones”, continua. Asegura que en Occidente hay una forma sutil de persecución contra el cristianismo, que es la indiferencia.
La cultura europea
“La Filosofía o la Teología son un regalo de la Iglesia a Occidente. Europa debería tomarse esto en serio y no avergonzase de su herencia cristiana”, critica el arzobispo metropolitano. Aunque sólo el 2% de la población son católicos, el cardenal fue nombrado coordinador de la Comisión nacional para la reconciliación y la paz, tras 20 años de guerra con Eritrea. Una labor delicada, en una región sembrada de tensiones sobre todo étnicas y políticas.