Evangelizar en África
El P. Josep M. Sabé explica la realidad contextual y espiritual del continente vecino después de 18 años haciendo misión

África, tan cerca en cuestión de kilómetros y tan lejos en cuestiones sociales, espirituales y contextuales. En muchas ocasiones una realidad olvidada por los países occidentales que se preocupan de manera puntual y efímera de los problemas de los vecinos de al lado.
El padre Josep M. Sabé, un salesiano que hace 18 años que evangeliza en África, ha explicado la situación del continente vecino en la parroquia de Santa Tecla de Barcelona. Introduciendo así, la espiritualidad y el contexto actual del continente, exponiendo su realidad, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
África es joven
El continente africano es todo lo contrario a lo que Europa está acostumbrada. “África es joven, es la gente joven la que domina la parroquia” asegura el P. Sabé. La parroquia de Yaoundé (Camerún) es la denominada comunidad base, es decir, cada comunidad de la parroquia está repartida por cada barrio, se descentraliza la parroquia formando pequeños grupos para que todo el mundo pueda ir a misa sin tener que recorrer muchos kilómetros de distancia.
La parroquia acoge la diversidad
Hay una riqueza cultural muy grande. En la provincia del Camerún, unos 36 grupos de parroquia, repartidos en estas comunidades base, tienen unos 5 sacerdotes. Según Josep M. Sabé . “Se muestra una gran importancia en la Iglesia, la gente es la que va a la parroquia para compartir sus tristezas y sus alegrías”. Otro punto a tener en cuenta es que: “En África, la gente sale adelante y pide; no es tan necesario salir a evangelizar porque el mismo pueblo es quien viene” explica Sabé. En África, las personas salen a buscar la Iglesia, servidora y en salida.
La misión no es hacer, sino ser
La parroquia acontece un espacio de acogida
“La gran pregunta que me hago es: Qué es vivir como misionero? Después de 18 años en África he aprendido que lo que podemos hacer es muy poco. No se va a África para hacer sino para ser. Ser discípulos” explica Mn. Sabé. “Se tiene que responder a los problemas pero no para hacer más, puesto que no arreglaremos el mundo. En muchas ocasiones la realidad nos sobrepasa. Son situaciones muy frustrantes en las que uno se da cuenta que no puede hacer nada para cambiar el mundo sólo quedarse y ayudar con todo el que pueda” concluye.
Cuando se conoce; las etiquetas, los estereotipos, caen
Según el padre salesiano, es necesario conocer y vivir otras situaciones, otras culturas, para entender las personas que las viven. Es en aquel momento cuando todo lo que uno tiene preconcebido cae.
Hay que hacer Iglesia
“Hay que hacer las cosas con bondad e intentar hacer grupo, hacerlo juntos, puesto que uno solo no puede hacer nada y acabará hundiéndose” una realidad muy común que requiere un gran esfuerzo mental para no decaer. “Tenemos que entender que no se puede arreglar todo, yo no puedo arreglar las cosas pero si puedo ser discípulo tuyo”. El otro punto importante a comentar es que “La Iglesia tiene que ser signo, discípulo y no querer cambiar el mundo. Signos que hagan creíble lo que se predica, hay que hacer lo que se predica” explica el sacerdote.
Uno de los signos se ve en la educación de los jóvenes africanos y como la Iglesia influye. Lo hace gracias a los programas y a las cuatro escuelas profesionales de la provincia de Yaoundé, que ofrecen a los jóvenes un oficio, como la carpintería, la soldadura o la informática con una finalidad clara; acabar trabajando ya sea buscando empresas donde puedan hacer su oficio o ayudarlos a abrir su propio negocio.
El contexto
El contexto religioso africano es muy diferente del europeo. Europa es más fría, más laica. África es todo el contrario. La Iglesia es una de las instituciones más creíbles y más importantes.
Se tiene que entender que la Iglesia no es una ONG
En muchos casos los gobiernos piden ayuda en temas tan trascendentales cómo son la sanidad o la educación. Unos temas que tendría que llevar el Estado pero que, en muchas ocasiones, lleva la Iglesia. “Se pide que la Iglesia controle los presupuestos de El Chad. En el Congo la única voz que escucha el gobierno es la de la Conferencia Episcopal”. Son algunos de los ejemplos que ha dado a conocer el padre Josep M. Sabé.
Los países africanos están viviendo una de gran inestabilidad. Se está sufriendo un grave retroceso. “La economía del Chad ha quebrado. El Camerún vive tres conflictos bélicos en los extremos del país. Un claro ejemplo es el grupo extremista islámico del Boko Haram” explica el padre salesiano.
«La guerra te lo quita todo»
Este fuerte retroceso, también implica guerra, y la guerra implica pérdida. “Gente con negocio que ya no lo tiene, personas huyendo porque no tienen un lugar donde poder estar seguros” explica el sacerdote “Es una situación que te sacude”.
Josep María Sabé
Josep María Sabé es un sacerdote salesiano que descubrió, en la antigua provincia salesiana de Barcelona, su vocación misionera. El año 2.000 empieza su experiencia misionera en África, concretamente en la capital de Gabón, Libreville. 18 años más tarde se encuentra realizando su tarea pastoral en Yaoundé (Camerún). El Padre Sabé ha realizado su misión en 6 países africanos: Chad, Gabón, República Centro-africana, Congo, Camerún y Guinea Ecuatorial
La Iglesia no está de paso
Según explica el padre salesiano, en muchos momentos uno se pregunta donde está Dios; “La gente necesita saber, en aquellos momentos, que en medio del mal, la Iglesia no los abandona”.
La Iglesia está en África