II Jornada Mundial de la Pobreza
El 18 de noviembre se rezará por los más pobres en la Catedral de Barcelona bajo el lema “El Señor escucha el pobre que lo invoca”

II Jornada Mundial de la Pobreza. Será el 18 de noviembre. Un día para tomar conciencia de todos los errores que cometemos como sociedad y de proponer soluciones para poder mejorar la vida de los 821 millones de personas que sufren hambre crónica. Tomando conciencia que el 98% de estas personas viven en países en desarrollo y el 70% de estos son mujeres.
Por este motivo, la catedral de Barcelona ofrecerá una misa para poner de relieve una jornada mundial con un deseo firme de desaparecer. Una celebración que presidirá el arzobispo Card. Juan José Omella y que pide de la participación de la feligresía para rezar por aquellos que viven en situación de vulnerabilidad o pobreza. Bajo el lema que se llevó en la I Jornada, en la que el Papa proclamó en noviembre de 2017 «No amemos de palabra, sino con obras«, este año se da un paso más. Así, la jornada, organizada por la Pastoral Social y Caritativa pone como lema “El Señor escucha al pobre que lo invoca” (Salmo 34,7) y nos invita a tomar conciencia de la situación de pobreza que viven muchas personas.
El Secretariado Diocesano por los Marginados quiere aprovechar esta jornada y en linea con el plan pastoral ¡SORTIM! de la Diócesis para hacer visible la acción social de nuestras comunidades. En el encuentro del 18 de noviembre, tendrá lugar la bendición y el envío de todos los voluntarios que trabajan en el mundo de la caridad y de la pastoral social.
El papa Francisco sobre la pobreza
“Qué expresa el grito del pobre si no es su sufrimiento y soledad, su desilusión y esperanza?”. Esta es una de las preguntas que el papa Francisco ha lanzado en su mensaje. Un mensaje claro, directo y sobrecogedor, que invita a la reflexión personal. Cuál es nuestra relación con la pobreza? Teniendo como base, primeramente, la bienaventuranza “Felices los pobres en el espíritu, el reino de los cielos es para ellos” (Mt 5,3), el pontífice ha mantenido la línea del lema de la Jornada. Así, ha establecido tres verbos que caracterizan la actitud del pobre del salmo y su relación con Dios: gritar, responder y liberar.
Los tres verbos del pobre
El primero de todos es el de “gritar”. El pontífice, en sus palabras, no deja de lado el examen de conciencia. Explica que, en esta Jornada, nos tenemos que examinar “para darnos cuenta si realmente hemos sido capaces de escuchar a los pobres”. Así, en este “gritar”, recomienda el silencio. A pesar de que parece antagónico, Francisco relaciona los dos mensajes. Lo hace justificando el silencio como “la escucha que necesitamos para poder reconocer su voz” (la de la pobreza). Aun así, no deja de ser un reto. Explica el Papa: “Se está tan atrapado en una cultura que obliga a mirarse al espejo y a cuidarse en exceso” que esta nos lleva a “quedar satisfechos sin haber tomado compromiso”.
“El Señor, dice el salmista, no sólo escucha el grito del pobre, sino que responde”. «Responder«, es decir, un grito que tenemos la misión de “hacerlos ver que no ha caído en el vacío”. El mensaje que Francisco inscribe en los cristianos es el de “no limitarse a una forma de asistencia”. Al cristiano se le exige una “asistencia amante que honra al otro como persona y busca su bien ”
Siguiendo con la concisión de su mensaje, Francisco afirma que “la pobreza no es buscada, sino creada por el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia”. Por lo tanto, tenemos que «liberar«. Ante este hecho, subraya el llamamiento del individuo y la comunidad a “ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres”.
El deseo del Papa
A través de la Jornada, el papa Francisco tiene un deseo muy claro. Una propuesta: celebrarla “bajo el signo de la alegría para redescubrir el valor de estar juntos. Rezar juntos y compartir la comida de domingo”. Ahora bien, nos avisa a no caer en el afán de protagonismo y ser humildes para “reconocer que, en el inmenso mundo de la pobreza, nuestra intervención es también limitada, débil e insuficiente”. Esta es la clave, pues, para lograr un mensaje más eficaz.
Francisco finaliza con una idea clara, como es la gran “oportunidad de gracia”. “Los pobres nos evangelizan, ayudándonos a descubrir cada día la belleza del Evangelio”- avisa- “no dejemos caer en oídos sordos “.
Datos sobrecogedores
821 millones de personas con hambre crónica. Un dato sobrecogedor. Esto se agrava al saber que: Sólo 42 personas poseen la mitad de la riqueza del mundo. Además el 1% de los habitantes del planeta acumula tanta riqueza como el 99% restante. Desigualdad y inequidad que hay que recordar y poner de relieve para poder llegar a cambiar estas algún día. Según datos de Manso Unidas se sabe que se pierden o malgastan en 1300 millones de toneladas de alimentos. Una cifra que podría alimentar 3.000 millones de personas.
Según Cáritas Catalunya, el 33,7% de familias y personas atendidas no tienen una vivienda digna. Un dato que pone en manifiesto el impedimento para acceder a un alquiler asequible. Además, el 80,8% de estas personas con edad laboral están en paro. A pesar de que tener un trabajo no representa nada hoy en día, puesto que el 12% de los trabajadores catalanes está al umbral de la pobreza a pesar de trabajar.