El Secretariado interdiocesano de Pastoral de la Salud se encuentra para hablar de la eutanasia

Expertos en medicina, derecho y teología han abordado la legislación sobre la muerte digna y su valoración ética

Fotografías: Ramon Ripoll

La Jornada Dignidad al final de la vida y eutanasia reunió alrededor de 115 personas en Caixa-Fòrum. Una jornada que dejó muy buenas sensaciones y que contó con doctores especializados en curas paliativas así como catedráticos y profesores en derecho. Presentó la jornada Mn. Manuel Bajo, coordinador del Secretariado interdiocesano de Pastoral de la Salud. «La Iglesia siempre ha insistido en el valor sagrado de la vida, de manera especial, en los momentos de más debilidad y vulnerabilidad» ha comentado al principio de su intervención.

Reflexionar sobre el valor y dignidad de esta vida humana

La jornada tiene como objetivo «reflexionar sobre el valor y dignidad de esta vida humana y antes de acabar con ella mediante la eutanasia, la ciencia y la legislación tendrían que avanzar y promover la muerte digna y las curas paliativas y el acompañamiento espiritual y pastoral por que este hecho, la muerte, fuera lo más digno posible» explicaba durante la presentación Mn. Bajo. Una jornada que afirma que pretende ser «un espacio de reflexión guiado bajo las perspectivas legal, médica, ética y pastoral».

Buscar el sentido del sufrimiento, acompañar y reconfortar al enfermo

La directora del Secretariado diocesano de pastoral de la salud del Arzobispado de Barcelona, Carmen Benito ha sido la encargada de clausurar una jornada que ha servido para «tomar conciencia y sensibilizarnos a realizar la labor de acompañar a aquellos que están en el proceso final de su vida. Ante este tema tan complejo como es el de la “muerte digna”, que presenta un gran abanico de posibles interpretaciones personales e ideológicas, esta Jornada ha pretendido aclarar conceptos y ayudar a nuestros agentes de Pastoral en su formación». Unos objetivos que para la directora, Carmen Benito, se han cumplido con creces y que son: «Buscar el sentido del sufrimiento, acompañar y reconfortar al enfermo en su etapa final de vida, llenar de esperanza el momento de la muerte, acoger y sostener a su familia y seres queridos e iluminar la tarea de los profesionales de la salud y agentes de pastoral que les acompañan».

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