El Apostolado comienza el curso encarado al Plan Pastoral
El obispo Sergi acompaña durante una jornada de retiro el grupo que se pone como lema: "Escucha atenta y corazón dispuesto"
Este primer sábado de octubre, ha tenido lugar el inicio de curso del Apostolado Seglar. Los representantes de los movimientos y entidades asistieron a la sede de Sant Pau del Camp para profundizar y marcar los objetivos de una nueva etapa. Para esta nueva sesión, se preparó un retiro dirigido por el capuchino, José Manuel Vallejo, centrado en «estar con Jesús«. El obispo Sergi Gordo acompañó el grupo desde primera hora de la mañana hasta la tarde. Por último, se tuvo lugar la celebración de la Eucaristía.
Una comunidad de comunidades
La delegada de Apostolado Seglar, Anna Almuni, inició el encuentro dando la bienvenida a todos los asistentes. En este momento dio los objetivos de cara al nuevo curso. «Empezamos con mucha alegría», exponía Almuni. «Un inicio con mucha alegría y ganas, porque es un momento de cambio». Aseguró que se trata de un impás con «una nueva mirada respecto de lo que pide el Papa en la Evangelii Gaudium.«Hay que hacerlo enfocados a las estructuras y a los planes diocesanos … todo para ir hacia la Evangelización». «Tenemos esta espera activa de querer un cambio pastoral que sea evangelizador«, dijo Almuni.
Por otra parte, esta mirada hacia el cambio y la evangelización, es necesario que se haga haciendo «red» entre movimientos. Según remarcó la representante del Secretariado, «la prioridad es ser una Iglesia, comunidad de comunidades». «Dejarnos llevar y convertir por el Plan Pastoral tanto como nos pide el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella». «Es un cambio que debe ser personal pero también colectivo», explicaba.
Lema: «Oído bien fina y corazón bien dispuesto»
En la línea de lograr este camino de red y evangelización, el nuevo lema se ha centrado en una cita del nuevo Plan Pastoral «Salgamos» que dice: «Oído bien fina y corazón bien dispuesto». Según explica Almuni, «es un momento de estar como espectador para podernos abrir a lo que el Señor nos pide». «Tener un oído bien fina para saber escuchar el Espíritu y un corazón bien dispuesto; lo que implica una manera de leer la Biblia, un modo de orar en medio de nuestro mundo, una manera de mirar con los ojos amorosos de Dios», decía la delegada.
Estar con Jesús
Tras la presentación de los objetivos y del programa del nuevo curso, el Padre capuchino inició el receso. Centró su exposición en «la vida cristiana como una llamada al seguimiento de Jesús». Una vida, que pide como buenos cristianos «la hermandad con los pobres, a compartir los bienes, al apostolado …». Recalcó además que, aparte de eso hay que «estar con Jesús, vivir con Él y intimar con Él».
El P. Vallejo aseguró que comenzar el curso con un receso con de reflexión, oración y silencio es esencial. Esta necesidad de estar con Jesús pide «dejarse iluminar por su mirada, sentir al oído su Palabra, reponer el rostro en su pecho». «Es la condición para irradiar fascinación por Jesús, enamoramiento de su Persona, encanto de ser su íntimo». Según dijo el capuchino, antes de actuar, es necesario un encuentro con un acontecimiento, una persona y, en este caso, con Jesús».
Ganar en calidad del ser
El obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo se sumó durante todo el día al receso. Aseguró que «ganar en calidad de nuestro ser es el objetivo de la evangelización y esencial para la renovación personal y comunitaria». Felicitó la idea de iniciar el curso con un receso, ya que «renueva el encuentro con Cristo y el enamoramiento del Señor». Coincidiendo con la idea del fraile capuchino, reafirmó que «hay que renovar la llama para que la fascinación por Jesus puede cambiar nuestro corazón».
Por otra parte, el obispo Sergi, coincidió también con Almuni, respecto a la actitud de «alegría como cristianos». «El mundo de hoy necesita cristianos alegres, pero para eso necesitamos un cambio personal en nuestro ser, es así como la gente lo ve y se transmite ese amor por Dios», dijo el obispo.
Homilía: «Somos teloneros del Señor»
Por la tarde, antes de finalizar la jornada, el obispo presidió la celebración. En el momento de la homilía se dirigió a los miembros de los diferentes movimientos y entidades, como aquellos que han aceptado la invitación por el camino de vida cristiana. Haciendo un símil, con la importancia de los teloneros que preparan un musical, aseguró que los cristianos también son igual de importantes, ya que «tienen la oportunidad de preparar el gran concierto que se acerca». Teloneros, como San Francisco, «un gran testimonio de la Iglesia agradecidos por la confianza que Jesús les hacía».