«Descálzate, que esto es lugar sagrado»

Pau Vidal explica su testimonio de misión en Liberia, Kenia y Sudán del Sur como jesuita descalzo

Cómo cambiaría nuestra vida al marchar de misiones? Cómo seria dejarlo todo para vivir un espíritu vivo y ardiente del Evangelio? Cómo se vive el dolor en situación de refugio? Como, como, como… unas preguntas que solo encuentran respuesta desde el testimonio individual. Es, pues, Pau Vidal el misionero jesuita descalzo que responde desde su humilde  y candorosa experiencia en diferentes países del continente africano.

Quién es Pau Vidal?

Pau Vidal Sas (Barcelona, 1977) es jesuita y misionero del JRS (Servicio Jesuita a los Refugiados). Pisó África por primera vez en 1998 y hasta ahora ha cooperado en los países de Liberia, Kenia y Sudán del Sur en largas estancias, llevando a cabo proyectos de ayuda a campos de refugiados, entre otros. Con solo 23 años entró a la orden ignasiana motivado por una fe entregada a los otros y de testimonio intenso.

A pesar de que Vidal estudió arquitectura con cierta indecisión, los 6 años en la África le han permitido llevar a cabo algún proyecto técnico, sobre todo en Liberia, donde apoyaban a las comunidades que volvían al país después de años de exilio. Pau ha tenido experiencias intensas con el mundo del ocio, del que ha formado parte durante muchos años como niño, monitor y responsable. El conjunto de su experiencia en África la podéis encontrar a www.enpau.blogspot.com.

La huella del esplai

Tal como explica Vidal, su encuentro con Dios fue estrechamente ligada con el mundo del esplai. Afirma que fue «a través del juego, el espíritu de equipo y la naturaleza cuando me encontré frente a frente con el Señor». Es así como Vidal descubrió que servir y la plegaria iban cogidos de la mano y que no se trataba de puntos alejados.

De este modo, a partir de la convivencia con los otros, de montar actividades, fue como Pau vio que el llamamiento que Cristo le ofrecía iba más allá, proponiéndole dejarlo todo.

Ir descalzo

Vidal explica en su testimonio el momento en que decide ir descalzo. Tal como relata, justo antes de ser ordenado sintió “un profundo deseo de sentirse más arraigado”. Se trata, pues, “de un recordatorio de nuestra fragilidad”. Además, comenta que es un detalle que la ayuda a vivir el presente puesto que, cuando anda, no puede pensar en nada más que al andar, no se puede entretener pensando en sus preocupaciones.

Además, recuerda el pasaje en qué Moisés siente la voz de Dios que le dice: “descálzate, que esto es lugar sagrado”. Pau siente el llamamiento de la consagración de vida, del sagrado que es el otro y de la sacralidad del lugar donde está. Coger en cada momento los pasos descalzos y desprotegidos, no solo lo llevan a continuar en camino, sino que además es una invitación permanente a vivir el lema ignasiano de ser “contemplativos en la acción”.

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...