«Debemos transformar este mal en una oportunidad de purificación»
El papa Francisco clausura el encuentro de protección del menor en la Iglesia tras cuatro días de intensa reflexión

Crónica desde Ciudad del Vaticano de Toni Hervás
El papa Francisco ha clausurado el encuentro de protección de los menores en la Iglesia con una llamada y un compromiso a la vez: «ha llegado la hora de tomar las medidas necesarias ya en vigor a nivel internacional y eclesial» para erradicar los abusos sexuales a la humanidad. Hay que transformar «este mal en una oportunidad de purificación». Unas medidas que «la Iglesia, en su itinerario legislativo» centrará en 8 dimensiones que empiezan por una primordial: la protección del menor por encima de cualquier mal entendido de la institución.
Le sigue otra dimensión relevante: una seriedad implacable para llevar «ante la justicia a cualquiera que haya cometido estos crímenes «y donde la Iglesia» nunca encubrirá ni subestimará ningún caso». También se reforzarán y verificarán las directrices a las Conferencias Episcopales para «aplicar normas, no sólo orientaciones» y «que desarrollen planteamientos efectivos de prevención». El acompañamiento a las personas abusadas con expertos será, por otra parte, un «deber» para la Iglesia. El Papa también insta a trabajar por una verdadera purificación, admitiendo la culpabilidad y buscando la santidad de los pastores.
La había precedido el presidente de la Conferencia Episcopal Australiana, el arzobispo Coleridge, que entonó un mea culpa muy duro. «Hemos mostrado poca misericordia y, por lo tanto, recibiremos la misma. No quedaremos impunes (…) nos aseguraremos que los que han abusado nunca más puedan ofender, pediremos cuentas a quienes han ocultado los abusos y haremos que la Iglesia sea un lugar seguro para todos.»
Las víctimas, protagonistas del encuentro
Han sido 4 días de trabajos con la presencia constante del papa Francisco. Cardenales, obispos y otros responsables religiosos se van con la maleta llena de conocimiento, de las normas ya existentes y de los caminos de mejora que todos han ayudado a apuntar. Un encuentro marcado por los testigos directos de las víctimas, y también por la presencia fuera de ella de asociaciones que los representan y que han llevado a Roma la crítica legítima de los que han sufrido.
Transparencia a todos los procesos
Las palabras del Papa se produjeron después de la última jornada del sábado dedicada a cómo lograr la transparencia necesaria en el tratamiento de los abusos. Destacó la propuesta detallada del cardenal Reinhard Marx, que defendió «una transparencia donde las acciones, las decisiones y los procesos sean comprensibles y, por tanto, rastreables». Dibujó un sistema donde, precisamente, su claridad hace necesario replantear el secreto pontificio, establecer normas procesales transparentes igual o mejores que los de la administración civil, comunicar a la sociedad el número de casos y detalles de acuerdo con la ley del país y, finalmente, publicar los sumarios judiciales.
Finalmente la periodista Valentina Alazraki instó a todos los estamentos de la Iglesia a mejorar su comunicación para lograr la transparencia que se requiere. Y que no tengan miedo a ponerse en manos de profesionales laicos, «es la hora de la verdad, y la han de explicar.»