¿Cómo conseguir una economía más humana?
El cardenal Omella y profesionales del sector empresarial y social reflexionan sobre cómo poner las finanzas al servicio de las personas
El Patronato de la Fundación Joan Maragall, el Centro Cristianismo y Justicia y Justicia y Paz han convocado una mesa redonda para reflexionar alrededor de diferentes «propuestas para una economía más humana». Se trataba de la quinta y última sesión que pretendía culminar un seminario organizado por estas entidades para profundizar en los diferentes ejes de la doctrina social de la Iglesia con el objetivo de «contrastar el funcionamiento económico con los principios éticos que propone la Iglesia «.
Joan Rigol, ex presidente del Parlamento, introdujo el acto presidido por el cardenal arzobispo de Barcelona Joan Josep Omella. Entre los ponentes, destacaban profesionales del sector económico y empresarial como Guillem López-Casasnovas, Joan Majó y Alfredo Pastor.
Rigol introdujo el acto exponiendo los cuatro ejes de la doctrina social, síntesis del seminario: el bien común; el destino universal de los bienes; el trabajo no como mercancía, sino por dignidad y la opción preferencial hacia los más pobres. En resumen cuatro ítems necesarios para una convivencia humana, pero sobre los que «la economía tenía la última palabra», según el ex presidente del parlamento.
Buscando el bien común…
«¿Qué podemos hacer para ganar una economía más humana?» Esta pregunta fue el punto de partida de las diferentes intervenciones de los ponentes. Guillermo Casasnovas destacó la necesidad de un «antídoto de las econopaties», un remedio centrado en el «hoy por ti y mañana por mí» y en los valores personales. Este remitió a que había que empezar el cambio desde un mismo, con una postura dialogante y poniéndose en «los zapatos de los demás». En esta línea, Alfredo Pastor, coincidió con que había que hacer un cambio desde abajo, pero con el requisito de «hacerlo en comunidad». Según Pastor, hay que «retroceder a la religión y los fomentos sólidos» para aprender a valorar qué medida el bien común, siempre relativo la utilidad que pueda aportar para una sociedad del bienestar.
Repensar desde los valores cristianos
Los valores fue un tema recurrente por los tres ponentes, sobre todo por Joan Majó que aseguró que la sociedad mantiene todavía los cristianos como herencia. Una base cristiana que más tarde plasmarse en los principios de «igualdad, libertad y fraternidad», hasta traducirlos hoy en día en los Derechos Humanos, explicó Majó. Este destacó la fraternidad de pleno origen evangélico, pero que había que no dar más libertad que igualdad, ya que «hay que ver los límites de los derechos», tal como se debe hacer a la economía que se ha sobrepuesto a la política , y no al contrario, como debería ser. «Nuestras sociedades tienen unos valores válidos» – decía mayoría pero a la hora de valorar los indicadores económicos estos más humanos desaparecen «.
Joan Majó puso finalmente como solución actualizar y repensar las bases del que habla El Estado del Bienestar en las condiciones que rodean hoy en día la sociedad globalizada.
«¿Dónde está tu hermano?»
El cardenal cerró la mesa redonda con la primera pregunta que aparece en la Biblia, cuando Dios pregunta a Caín: «¿Dónde está tu hermano? (Gn 4,9)». «Es la pregunta que nos debemos hacer nosotros, y lo tenemos que poner todo a su disposición». «Si trabajamos por el otro trabajaremos por una sociedad más justa y más humana», dijo Omella.
El cardenal arzobispo de Barcelona instó en «trabajar más por la doctrina social de la Iglesia» desde donde se debe mirar la realidad desde los ojos del pobre, tal como pide el Santo Padre. «Todo el trabajo económico tiene que trabajar por la igualdad y dignidad, preguntándonos qué sociedad dejamos para el futuro», dijo.