Tomo el título de este comentario de la Fundación Pere Tarrés, que a principios de verano presentó una nueva edición de la campaña «Ayúdales a crecer. Ningún niño sin colonias”.
Cada verano dedico algunos días a visitar las colonias o los casales de verano que organizan muchas instituciones, entre las cuales numerosas parroquias, en las que los niños, viviendo unos días de convivencia y de ocio, tienen también la oportunidad de crecer como personas. Quisiera destacar sobre todo mi apoyo y mi agradecimiento a los miles de hombres y mujeres que, como monitores de estas actividades y de forma desinteresada, hacen posibles estas iniciativas. Verdaderamente, hay muchos jóvenes que saben hacer de una parte de sus vacaciones una expresión de solidaridad y un verdadero servicio social a nuestra infancia.
La Fundación Pere Tarrés, con su red de casas de colonias y centros de esparcimiento -en muchos de los cuales funcionan también los llamados centros de verano-, tiene ya una larga experiencia en este tipo de actividades. Se trata de ayudar a los niños a vivir el ocio -el tiempo libre-, como una oportunidad para crecer como personas.
En este comentario quisiera, sin embargo, hacer hincapié en el objetivo fundamental que inspira la campaña solidaria a que me refiero. Sin olvidar el esfuerzo para llegar a todos los sectores sociales, la Fundación Pere Tarrés se propone especialmente garantizar el acceso a la educación en el tiempo libre de los niños en situación de exclusión social.
En Cataluña -según datos de la Fundación Pere Tarrés- uno de cada cuatro niños vive por debajo del umbral de la pobreza, y las actividades de ocio son una de las primeras actividades que las familias con menos recursos no se pueden permitir. Así lo demuestran las cifras: el 58% de las familias que recibieron una beca para las colonias o casales de verano el curso pasado disponen de una renta inferior a 3.900 euros anuales por cada miembro del hogar.
La misión de la Fundación Pere Tarrés es la promoción de la persona desde la educación, especialmente en el tiempo libre, y la acción social fundamentada en los valores del humanismo cristiano. Ir a las colonias o a un casal de verano ayuda a construir personas.
Por eso mismo es especialmente oportuna la iniciativa destinada a becar niños en situación de vulnerabilidad social para que puedan acceder a los beneficios del ocio educativo en colonias o casales de verano, que continúan y refuerzan el trabajo desarrollado durante el curso. Este verano la Fundación prevé becar a 4.100 niños para que puedan participar en más de 8.500 actividades, lo que supone un 24% más de niños becados que el año anterior.