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(Domingo, 01/01/2012)
El primer día del año la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Paz, instaurada por Pablo VI como fruto del Concilio Vaticano II. Para esta jornada de hoy, que es la que hace ya el número 45, el Santo Padre ha elegido este tema: “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz”.
Se dice a menudo que los jóvenes son la esperanza del mundo y también la esperanza de la Iglesia. No es nada fácil concretar esta afirmación pensando en los jóvenes actuales y en los retos que se les plantean en nuestra sociedad. Uno de ellos es el gravísimo problema del paro juvenil, que ha alcanzado unas cifras que nos avergüenzan como adultos de una sociedad tan injusta con sus miembros más jóvenes.
El proyecto “Jóvenes en paro”, que he pedido a Cáritas que canalice y lleve a cabo, ofrece orientación, formación y apoyo a jóvenes que buscan trabajo. Desearía que este proyecto dure todo el tiempo necesario gracias a la aportación de los donativos que los diocesanos, ciudadanos e instituciones vayan haciendo. Roguemos a Dios que este proyecto ayude a todos los jóvenes a lograr su legítimo objetivo de obtener trabajo.
El Papa Benedicto XVI, al acabar la última asamblea del Consejo Pontificio para los Laicos, en el que pude participar en Roma el pasado noviembre, nos dijo estas palabras: “En la última Jornada Mundial de la Juventud he podido contemplar a una multitud inmensa de jóvenes, venidos entusiasmados desde todos los países del mundo para encontrarse con el Señor y vivir la fraternidad universal. Una extraordinaria cascada de luz, de alegría y de esperanza ha iluminado Madrid, y no sólo Madrid, sino también la vieja Europa y el mundo entero, replanteando de manera clara la actualidad de la búsqueda de Dios”.
Y el santo Padre añadió, invitándonos a percibir la esperanza manifestada en ese encuentro: “Nadie ha podido permanecer indiferente, nadie ha podido pensar que la cuestión de Dios sea irrelevante para el hombre de hoy. Los jóvenes del mundo entero esperan ansiosos poder celebrar las Jornadas Mundiales dedicadas a ellos, y ya sé que estáis trabajando para preparar el próximo encuentro en Río de Janeiro del año 2013”.
Para educar a los jóvenes en la justicia y en la paz, es necesario que se les abran espacios de participación y de decisión en la sociedad. Y los jóvenes cristianos deseo que encuentren caminos para intervenir en la vida de la Iglesia y en sus respectivas instituciones sociales o religiosas. Hay que prestar una gran atención a la educación civil y política, sumamente necesaria para todo el pueblo y sobre todo para los jóvenes.
Podemos pensar, con razón, que el futuro de la humanidad está en manos de aquellos que sean capaces de transmitir a las generaciones venideras razones para vivir y esperar.
† Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona
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