Carta dominical | «Ningún niño sin colonias»

Este mes de mayo la Fundación Pere Tarrés inicia la campaña «Ningún niño sin colonias». Un año más, y ya van sesenta, miles de niños en situación de vulnerabilidad se beneficiarán de esta acción educativa y social.
Me parece necesario poner en valor esta obra diocesana y el trabajo de muchas parroquias e instituciones que trabajan para que el verano sea un tiempo de recreo y descanso, pero también un tiempo educativo, sobre todo a través de las colonias, los campamentos y los campamentos urbanos para los niños, adolescentes y jóvenes que organizan tantos centros de educación en el tiempo libre y grupos scouts.
Aunque los datos macroeconómicos indican una mejora de la economía, ésta aún no llega a las familias que peor lo están pasando. Quizá no somos aún conscientes del hecho de que en Cataluña uno de cada cuatro niños vive por debajo del umbral de la pobreza, y las actividades de ocio son de las primeras que las familias con menos recursos no se pueden permitir. En verano, la red que protege a estos niños durante el curso disminuye y su situación se agrava: los niños están más tiempo en casa o solos y se producen cambios en la relación con sus referentes y laxitud en los hábitos y las normas.
Para favorecer que un buen número de estos niños y niñas puedan ir de colonias o a un campamento de verano, la Fundación Pere Tarrés pone en marcha esta campaña que permitirá becar a más de 4.000 niños por un importe cercano al millón de euros. Durante el verano se prevé que 20.000 niños y jóvenes participen en más de 400 colonias y campamentos urbanos, dinamizados por unos 4.000 monitores, la mayor parte de los cuales con una implicación voluntaria.
Ante esto, el esfuerzo de la Fundación -y de otras instituciones, públicas o privadas- está orientado a garantizar el acceso al ocio de estos niños y jóvenes, a fin de que, en un entorno tranquilo y estructurado, se relacionen con otros niños y jóvenes de su misma edad. Es una buena manera de ayudarles en su desarrollo integral como personas. En los últimos años se ha constatado que las peticiones de becas han tenido un incremento del 344%.
Para este verano, la campaña de la Fundación Pere Tarrés se propone tres puntos clave: sensibilizar sobre la trascendencia de la educación en el tiempo libre, movilizar recursos y destinarlos a la realización de estas actividades. Me complace destacar que se hace un trabajo en red con otras entidades como parroquias, servicios sociales, escuelas, Cáritas y los mismos centros de educación en el tiempo libre. La asignación de becas se hace siguiendo un procedimiento muy realista que examina la situación socioeconómica de cada niño para asignarle la ayuda y la actividad más adecuada. Los beneficiarios directos son los niños que reciben las becas, pero indirectamente también se benefician las familias.
Las actividades de educación en el tiempo libre ofrecen unos beneficios que van más allá de jugar y pasarlo bien; trabajan valores, emociones y dimensiones como la espiritualidad y la sociabilidad. Gracias a la educación en el tiempo libre, se consigue educar más allá de las paredes de la escuela. Es una forma efectiva de facilitar la adquisición de valores y competencias y dar a los niños la oportunidad de acercarse a Jesucristo.
+ Juan José Omella Omella
Arzobispo de Barcelona
Escucha la carta dominical en la voz del senñor arzobispo metropolitano de Barcelona.