Carta dominical | «Los jóvenes, el ahora de Dios»

La juventud es una etapa clave en la formación de la persona y en el progreso de la sociedad. Desde la Iglesia católica somos muy conscientes de ello y, por eso, recientemente, hemos organizado dos eventos de ámbito mundial donde hemos compartido con los jóvenes sus angustias y alegrías. El primero fue el Sínodo de los Obispos del pasado mes de octubre; y el segundo, este enero, la Jornada Mundial de Juventud en Panamá (JMJ). La visita del papa Francisco a este país centroamericano ha hecho que miles de jóvenes de todo el mundo, cargados de sueños y de esperanza, hayan rezado juntos y hayan renovado su compromiso de transformar el mundo viviendo al estilo de Jesucristo.
Se dice a menudo que los jóvenes son el futuro y la esperanza del mundo y de la Iglesia. Sin embargo, ser joven no es nada fácil. A muchos les toca vivir momentos difíciles y de incertidumbre. En Europa el problema se concreta principalmente en el paro juvenil y en el acceso a la vivienda.
Todos debemos implicarnos en la construcción de un futuro más próspero. Durante la JMJ de Panamá, el papa Francisco nos invitaba a trabajar juntos sin perder la esperanza ni la alegría: «otro mundo es posible […] los jóvenes nos invitan a involucrarnos en su construcción para que los sueños no queden en algo efímero o etéreo, para que impulsen un pacto social en el que todos puedan tener la oportunidad de soñar un mañana: el derecho al futuro también es un derecho humano».
El futuro incierto de las nuevas generaciones nos debería hacer abrir los ojos y darnos cuenta de que es urgente que conectemos la economía con el bien común y la dignidad de las personas. Estoy convencido de que si los valores del Evangelio -contenidos en la Doctrina Social de la Iglesia- los aplicamos a la economía y la política, seremos capaces de transformar la sociedad y edificar un mundo más justo, más fraterno y en paz.
En la clausura de la JMJ, en Ciudad de Panamá, el Papa exhortó a los jóvenes a ser conscientes de su papel como cristianos y a tomarse la vida en serio, ya que en palabras del Papa, los jóvenes no son el futuro, sino el ahora de Dios. Así pues, tenemos que abrir a los jóvenes más espacios de participación y de decisión en la sociedad. También tenemos que ofrecer a los jóvenes cristianos caminos para intervenir en la vida de la Iglesia y en sus respectivas instituciones sociales o religiosas.
El próximo domingo diez de marzo a las seis de la tarde, en la Sagrada Familia, tenemos una nueva cita con todos los jóvenes de nuestra diócesis. Con ellos queremos comenzar la Cuaresma, rezaremos con la cruz de Camboya y celebraremos la Eucaristía acompañados de Mons. Enrique Figaredo SJ, prefecto apostólico de Battambang. Él nos aproximará a la situación de la Iglesia en Camboya y compartirá con nosotros su testimonio, junto con dos jóvenes nativos. Nos relatará cómo ayudan a los jóvenes afectados por los daños de las minas antipersonas.
Animo a todos los jóvenes de la diócesis a participar. ¡Feliz domingo a todos!
Card. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
*Para poder acceder a la Basílica de la Sagrada Familia será necesaria una invitación que podéis obtener si os inscribís en www.delejovebcn.org.
Escucha la carta dominical en la voz del cardenal arzobispo de Barcelona.