Una cincuentena de niños participan en las convivencias de monaguillos
El obispo Vilanova se une a las estancias organizadas por el Seminario para profundizar en la vida de San Tarcisio desde el juego y la fe
Este mes de julio, alrededor de una cincuentena de niños de la archidiócesis de Barcelona han participado en las convivencias de monaguillos. Acompañados por nueve seminaristas y dos sacerdotes, se han trasladado al Santuario de la Virgen del Collell, donde han vivido unos días intensos de recreo y también de espiritualidad, a través de la vida de San Tarsicio.
«El propósito de estos días es formar y acompañar a los adolescentes y jóvenes que ayudan a las celebraciones eucarísticas, a través del juego, de la oración y de la convivencia». Lo explica Mn. David Álvarez, formador del Seminario Mayor y organizador del casal. Asegura también, que uno de los propósitos es «seguir la convocatoria del Papa Francisco y ser participativos en el Sínodo».
Recreo desde el testimonio
El programa de las convivencias se ha centrado en el testimonio de san Tarsicio, patrón de los monaguillos. Tal y como explicaron los seminaristas, era un niño que trajo, en nombre del Papa, la comunión a los cristianos encarcelados en Roma. Defendió la Eucaristía y dio su vida por Jesús.
A partir de las diferentes dinámicas contextualizadas en la historia de Tarsicio, con juegos, teatrillos, y con las oraciones, catequesis y eucaristías, el formador del seminario asegura que «han ido comprendiendo el secreto de la vida del Santo». «Estos días les han permitido descubrir el amor de Jesús que se nos manifiesta, lo que nos da la Eucaristía y lo que significa ser cristiano y ser alegres testimonios del mensaje de Jesús», explica Mn. Álvarez.
Visita del obispo Vilanova
En medio de las convivencias, el obispo auxiliar de Barcelona Mons. Javier Vilanova, se unió a toda la comitiva, acompañado de Mn. Salvador Bacardit, párroco del Seminario, y de Mn. Juan, diácono de Girona y responsable del Collell.
El obispo Javier se unió no sólo celebrando la eucaristía sino también en los momentos de recreo y juegos. Con un tono amigable les explicó su vocación que nació también como monaguillo, y les alentó a amar a Jesús, la Virgen María y entre ellos también.
Frutos de la convivencia
Amistad, conocimientos y grandes momentos vividos, son algunos de los frutos que de estas convivencias. Tal y como apunta el formador, «unos días enriquecedores y privilegiados para descubrir la fe y compartir la amistad con Dios y los hermanos». Unos días motivados sobre todo por la participación de los jóvenes semonaristas. Según Mn. David Álvarez, aparte de organizadores, los seminaristas se han convertido en referentes cercanos. «Algunos de ellos se plantean inquietudes vocacionales por ser curas, y es una buena oportunidad para dialogar», explica el formador.
Para el organizador de las convivencias, estas colonias han sido un regalo de tiempo para vivir el verano teniendo presente en Dé. «Tal y como nos decía el obispo Javier en la misa, «para tomar ánimos y fuerza para empezar el nuevo curso que vendrá con la alegría y alegría que nos trae Dios»», añade Mn. Álvarez.