Un convento convertido en centro de acogida en Ucrania: «Hay personas durmiendo en todos los rincones posibles»

Todas la religiosas de rito latino de la archidiócesis de Lviv recibirán apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada para su misión caritativa y evangelizadora

Fotografía: Ayuda a la Iglesia Necesitada

La situación en Ucrania sigue siendo extremadamente crítica, a pesar de que el interés informativo por la guerra va perdiendo peso. El drama humano, de lo que ya se ha definido como la mayor crisis humanitaria de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, no para. Y eso lo conoce bien la Iglesia católica de Ucrania, una pequeña minoría del 10% de la población, que está completamente volcada con los más necesitados y afectados por el conflicto.

“Hay gente durmiendo en todos los rincones posibles del monasterio, tanto en camas como en colchones por el suelo”, afirma la hermana Tobiasza, religiosa de la Congregación de San José, desde su convento de Lviv (Leópolis), en el oeste de Ucrania. La ciudad se ha convertido en el lugar de paso de millones de refugiados que huyen del país y de desplazados que viajan a otras regiones más seguras dentro de las fronteras.

Unos 4 millones y medio de personas han huido ya de Ucrania, según cifras de Naciones Unidas. Pero hay más de 7 millones que se encuentran fuera de sus hogares buscando un refugio en el interior del país. Estos refugiados y desplazados proceden principalmente del este y sur de Ucrania, su ruta es hacia el oeste en busca de un lugar lejos de los bombardeos. La Iglesia ucraniana está atendiendo a los que han perdido todo por la guerra, acogiendo a cada persona que necesita un lugar a salvo.

La hermana Tobiasza comparte algunos testimonios de las personas a las que atiende: “Están muy agradecidos por la oportunidad de lavarse, comer una comida caliente y dormir. Algunos han pasado varios días en sótanos o refugios antiaéreos. Tratamos de ayudar a los refugiados y personas locales que se encuentran en una situación difícil debido a la guerra”, explica la religiosa. Además, las hermanas ayudan a establecer contactos y buscar familias que puedan acoger a los refugiados en otros lugares, la mayoría en Polonia. Así mismo, coordinan a los conductores para transportar familias, muchas de ellas madres con hijos.

Sea grande o pequeño, cada convento y casa de las congregaciones religiosas de la archidiócesis de Lviv, así como de otras diócesis, se han transformado en un lugar de acogida a los más necesitados: “En otro de nuestros conventos, en la ciudad de Stryi, las hermanas han preparado una habitación para que sirva de alojamiento para una familia con dos hijos y la abuela. Con la ayuda de benefactores locales y extranjeros compraron una lavadora, una nevera, las camas, etc. Todo lo necesario para vivir. Uno de los niños está enfermo, necesita cuidados y alimentación especiales”, cuenta la hermana Tobiaszca.

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada acaba de aprobar una ayuda extraordinaria para las religiosas de todas las congregaciones femeninas de rito latino que están llevando a cabo su labor caritativa y de acogida en la archidiócesis de Lviv. Como este proyecto beneficiará a todas las religiosas de la archidiocesis de Lviv, la hermana Edita Duszczak, presidenta de las congregaciones femeninas católicas de rito latino de Ucraina, escribe a la fundación: “En nombre de todas las religiosas de la diócesis de Lviv, expreso mi gran agradecimiento por la ayuda que nos han prestado siempre. Sigan rezando por la paz”.

(Fuente: Ayuda a la Iglesia Necesitada)

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...