«Suficiente hostilidad, no estáis solos»

La vigilia de plegaria interreligiosa ante el CIE de Barcelona celebra su sexta edición pidiendo el cierre de los centros y seguir velando por la dignidad de las personas internadas

Más de doscientas cincuenta personas se reunieron ante las puertas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) para celebrar su sexta edición de la vigilia de plegaria interreligiosa. Un acto organizado por la Fundación Migra Studium visitante habitual del CIE y con la adhesión de más de una cuarentena de entidades de Barcelona.

Este año, bajo el lema “Suficiente hostilidad: No estáis solos!” el objetivo era denunciar el sufrimiento inútil que genera la existencia de estos centros y la gravedad de la situación que viven las personas que han sido internadas. El mismo fin de semana y bajo el mismo lema, se celebraron actas parecidas en Madrid y Sevilla, los dos convocados por otras entidades del Servicio Jesuita a Migrantes, Pueblos Unidos y Asociación Claver respectivamente.

 Por la dignidad de las personas internadas

Los CIE son centros de privación de libertad y representan la hostilidad verso las personas migradas, “son el rostro visible, físico, estructural, de la voluntad ciega de no acoger, no reconocer, no atender”. Esta privación de libertad criminaliza y estigmatiza el conjunto de la población migrada. Frente a esto, la primera parte de la vigilia reivindicaba la dignidad de las personas que han sido internadas, que se han visto obligadas a migrar, personas solicitantes de asilo o apátridas, una dignidad que todos tenemos por el simple hecho de ser personas.

Los testimonios

La vigilia constó en una lectura de los testimonios recogidos por los voluntarios y voluntarias de Migra Studium que visitan el Centro de Internamiento. Los casos del Amín, José Carlos, Raouf, o Salem, eran solo una muestra de la realidad de sufrimiento que se vive detrás los muros de un CIE y de las más de 600 visitas hechas además de 180 personas a lo largo del año 2019. Testigos de menores no acompañados, de personas que están solas en Barcelona, de personas enfermas, entre otros. Todos estos testigos, escuchados en silencio, a las puertas mismo del CIE, hacían resonar el dolor, la dignidad y la determinación. “Si me expulsan, lo intentaré de nuevo hasta que me pueda quedar” decía en Salem; “Tengo miedo de olvidarme de los hijos y de los nietos” decía en Walter.

A la vez, fue también un acto para poner luz a las pequeñas rendijas de esperanza que cada día atraviesan los muros de la hostilidad, y reclamar y gritar con fuerza. “Más hospitalidad! Más hospitalidad en nuestra casa, en nuestros barrios y en nuestras calles, pero más hospitalidad también en las políticas migratorias que actualmente generan tanta hostilidad” gritaban. Los testigos de la Meriam y en Roberto que han sido acogidos en familias, demostraban que la hospitalidad es posible y que la práctica de esta es la oportunidad de muchos para rehacer su vida. Durante el velatorio la lectura de los testigos se alternó con cantos meditativos acompañados por cuatro músicos, mientras el ilustrador Ignasi Flores realizó in situ un mural de grandes dimensiones reclamante hospitalidad, a las puertas mismas del Centro de internamiento. Para acabar, se recordaron por sus nombres las 11 personas que han perdido la vida desde que los CIE existen.

Clamor por el cierre de los CIE

La vigilia tuvo un marcado cariz interreligioso y culturalmente diverso. El obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Antoni Vadell, hizo un breve saludo, en muestra de apoyo y como signo de comunión recordando que el septiembre pasado la Conferencia Episcopal Española había pedido el cierre de todos los CIE. Un poema del místico Ibn Arabí sobre el amor fue declamado en lengua árabe. Además, Miembros de las diferentes entidades adheridas -La Viña; Consejo Islámico de Cataluña; Asociación Mujeres Migrantes Diversas; Asociación Intercultural Diálogos de Mujeres y la Asociación Irídia – Centro por la Defensa de los Derechos Humanos, entre otros-  se hicieron presentes y participaron activamente.

“Reconocemos que, para nosotros, mientras no conseguimos cerrar el CIE, este acontece un lugar sagrado, porque son sagradas las vidas de las personas internadas y su sufrimiento” aseguran desde Migra Studium. “Para nosotros es de justicia la cura de estas vidas a través del servicio, el acompañamiento y la defensa de sus derechos. Así que seguiremos acompañando y seguiremos denunciando hasta que el último CIE cierre” finalizaban.

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