Recordando al amigo Manel

El 'Organisme Benèfic Assistencial' dedica un homenaje a su antiguo director seis meses después de su traspaso

El Organisme Benèfic Assistencial (OBA) dedicó este lunes un acto de homenaje a su antiguo director, Mn. Manuel Claret Nonell. Fue el pasado 15 de junio, que el antiguo delegado de Pastoral Familiar murió, dejando una gran trayectoria dentro de la Iglesia de Barcelona. El OBA, especialmente, puso de relieve la labor social que desarrolló como director de Cáritas Diocesana de Barcelona durante 8 años, así como los 23 con el Organismo.

Durante el acto, intervinieron aquellos que acompañaron Mn. Claret durante su camino por la diócesis, así como aquellos que han continuado con su legado. Algunos desde la OBA, otros desde Cáritas Diocesana, y en el ámbito sacerdotal y pastoral. Así pues, amigos, familiares, compañeros de trabajo y los más cercanos se encontraron en el Seminario Conciliar de Barcelona, ​​seis meses después del traspaso de Mn. Claret, para unir sus recuerdos. Muchos de ellos «agradecidos por su gran maestría», tal como dijo el actual director de la OBA, Mn. Josep Vidal. Durante su intervención, Vidal recordó las últimas palabras del difunto: «quiere mucho la OBA y no la dejes por nada». «Un compromiso que recuerda, cada día que pasa», dijo.

Gran presbítero y persona

Presidiendo el acto, el arzobispo de Barcelona, ​​el cardenal Juan José Omella, valoró el recorrido de Manuel Claret. Un camino a lo largo de su vida, donde despuntó su misión pastoral y su personalidad. En esta línea el Cardenal destacó como un hombre entregado. Concretando, resaltó su «actitud ligada a la acción de Dios para hacer Iglesia, de trabajar por la familia y cerca de los pobres». «Un sacerdote que caminaba por delante, guiando el camino, también en medio acompañando y compartiendo, y detrás recogiendo los más vulnerables», dijo. «Un gran sacerdote y una gran persona» – decía Omella- de aquellos que me hacen sentir orgulloso de ser el arzobispo de la Diócesis «.

Con más necesitados

En la línea de la pastoral social, se destacó su gran calidad humana, dispuesto siempre a abrir caminos. Tal como recordó Teresa Casanovas, el asistente social de Cáritas, «tenía en cuenta lo que necesitaba cada uno, sin dejar de lado la atención a aquel que lo requiere». «Siempre, con respeto hacia todos, pero con una gran facilidad hacia el cambio». «Él supo ocuparse de aquellos que más lo requerían y hacerse sentir realizados a todos aquellos que trabajábamos en el equipo», dijo.

Actitud pastoral

Mn. Gaspar Mora, uno de sus grandes amigo desde el Seminario, recordaba las conversaciones en los momentos más intensos, así como, los grandes debates teológicos que habían mantenido. Recuerdos, que convivían con la consolidación de su amistad. Una relación «de admiración y confianza». Mora insistió con su espíritu pastoral, así como, en su actitud responsable y segura ante el Evangelio. Recordó su «extraordinaria generosidad poniéndose al servicio de los amigos y de aquellos que más lo necesitaban».

Como decía Claret, «la doctrina no cambia pero como la actitud pastoral sí». En esta línea, Mora resaltó su manera de ejercer como delegado de la Pastoral Familiar, siempre activa y en consonancia a la Exhortación del Francisco. Una actitud ligada a «acoger, discernir y acompañar», tres requisitos que el movieron como presbítero y pastor. También, insistió en su implicación «indiscutible» con la Pastoral Familiar, el Padre Francesc Riu. En este sentido, destacó la experiencia de Mn. Claret en las necesidades de formación de adolescentes y jóvenes, así como, su dedicación y esfuerzo para prepararse con su ministerio sacerdotal.

Humanismo evangélico

En la vertiente teológico, el decano del Ateneu Sant Pacià, Mn. Armand Puig destacó a Mn. Claret como una referencia no de despacho, sino con su vínculo con la realidad. «Él sabía tratar los temas desde la teología y la pastoral» – decía Armand Puig. De hecho, como dijo el biblista, «una buena teología combina el Evangelio y la realidad». Es así, que Mn. Claret vivió «inmerso en los hombres y mujeres de su tiempo, destacando el más puro humanismo evangélico».

Acompañamiento

Entre las intervenciones, no faltaron algunas de más personales como el testigo cercano de Cristófol Trepat, a quien el fallecimiento de Mn. Claret le dejó «huérfano», aseguró. Trepat tuvo una relación de acompañamiento espiritual con Mn. Claret que le permitió conocerlo y aprender de su espíritu. Este destacó «entusiasmo y voluntad para la acción» de Mn. Claret. También, recordó como «nunca tenía un no para nadie» y su «escucha con una paciencia infinita». «Él era un hombre de acción pastoral que estimó en todo el mundo», recordaba Trepat.

Durante el acto se dijeron grandes adjetivos que trataban de ajustar este recuerdo, que seis meses después perdura en la memoria de lo que para muchos será siempre «el amigo Manel», tal como dijo Jaume Garcia-Milà, feligrés de la parroquia de la Virgen de la Paz. En esta comunidad, Mn. Claret ejerció como rector esforzándose siempre para desarrollar los planes pastorales entre todos y a conocernos entre nosotros. «Él logró que fuéramos una comunidad», recordaba Garcia-Milà. «Estés donde estés, espero que puedas escuchar estas palabras. Nos cuesta acostumbrarnos a no tenerte», dijo.

Antes de finalizar el acto, los familiares de Mn. Claret agradecieron a la OBA la organización de este homenaje. Como agradecimiento entregaron al director, Mn. José Vidal, el primer cáliz, que Mn. Manuel Claret utilizó en su primera celebración como sacerdote.

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