Proteger los ancianos del calor
Ante la subida de las temperaturas Sant'Egidio llama a no dejar sola la gente mayor y tener más cuidado
La ola de calor que se anuncia para estos días es un peligro para una gran parte de la población. Sant’Egidio, bueno y sumándose a la invitación del Papa de no abandonar a nadie, hace un llamamiento a todo el mundo: a veces basta con una visita o una llamada para salvar una vida.
Combatir la soledad
Se ha anunciado que la semana que apenas hemos empezado será una de las más calurosas del verano, con días de temperaturas extremas. Quien más sufrirá esta situación será la población anciana y, especialmente, todos aquellos que se queden en las ciudades, que, teniendo en cuenta que estamos al inicio del verano, son muchos.
Además de las temperaturas altas, que son un peligro para la salud de las personas de más edad, se añade el problema de la soledad. Las personas que viven solas, sobre todo en los grandes centros urbanos, no dejan de aumentar. Así lo recordó ayer el Papa Francisco cuando visitó una parroquia de la periferia de Roma. Desde allí invitó todos, como ya había hecho unos días antes, a acercarse «a muchos ancianos que viven como escondidos, olvidados, sin atención».
Trabajar en cooperación
La Comunidad de Sant’Egidio cree que es indispensable hacer una red para proteger del calor las personas más frágiles, pero sobre todo, protegerlas del aislamiento social que es la causa principal del aumento de la mortalidad de los ancianos los meses de verano, así como un factor de riesgo durante todo el año. Por ello, al tiempo que refuerza su apoyo a la población anciana -que lleva a cabo especialmente con el programa «BRAVO!» con la presencia capilar de voluntarios-, Sant’Egidio llama a todos.
Fijémonos estos días en los ancianos solos que viven cerca de nosotros, empezando por los vecinos de casa; todos podemos hacer algo si ayudamos directamente quien tiene problemas: basta con una visita o una llamada.
Se trata de gestos concretos, que están al alcance de todos, y que a veces pueden salvar una vida. Porque muy a menudo es más peligrosa la soledad que el calor. Nos podemos defender de una y de la otra con más humanidad y solidaridad.