Omella celebra Cristo Rey con la feligresía
El Cardenal exhorta a participar en el reino Dios por un mundo más humano y fraterno
Coincidiendo con la última semana del año litúrgico, este domingo se ha celebrado la festividad de Cristo Rey. Por ello, la parroquia ubicada en el barrio de la Sagrera que lleva su nombre, ha celebrado la Solemnidad de su patrón. Con motivo de la celebración, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella asistió para presidir la Eucaristía y festejar con la feligresía la fiesta parroquial.
Un Rey de amor
«Un día para recordar que el Reino de Dios es un lugar de amor, alegría, libertad, justicia y paz». Así, destacaba el cardenal Omella la importancia de la festividad de Cristo Rey. Un rey, que en contraste con la palabra, no nació en medio las riquezas, sino en la pobreza. «Una celebración, en la que recordamos que Cristo, es nuestro Rey, por el amor que nos profesa», decía el cardenal. «No reina como dictador, sino desde la libertad y la estima, hacia todos, indiferentemente de la opinión».
El trono y la espada de Cristo
Omella resaltó que, cuando hablamos del Reino de Cristo, no nos referimos a un lugar donde impera el poder y la avaricia, sino el amor y el servicio a los más necesitados. «Un reino donde los corazones están llamados a servir y amar», dijo Omella. En esta línea, destacó la cruz como el trono de Cristo, desde donde Él manifiesta que es Rey».»Porque, es la cruz donde lo han crucificado y es allí donde se hace nuestro rey y demuestra que nos ama», explicaba. «Por otra parte, su espada, es el perdón y la misericordia», añadió.
Misioneros del Reino
«Cuando acabamos el año litúrgico, reconocemos en todas partes y por todo el mundo que Jesucristo es Rey»
El arzobispo de Barcelona invitó a la feligresía a ser parte de este Reino. «Si nosotros actuamos como Él desde la humildad, el perdón y el amor, poco a poco nuestro mundo irá cambiando», dijo. Exhortó a los feligreses de la parroquia a llevar a cabo esta tarea, un trabajo regado por el Espíritu, que permitirá construir y mundo más humano y más fraterno.