Naranjas y panecillos en forma de pecho para la fiesta de Santa Ágata

El cardenal Martínez Sistach celebra la Eucaristía con motivo de la festividad de la patrona de las mujeres con cáncer de mama

La capilla del Museo de Historia de Barcelona solo abre sus puertas a una invitada especial: Santa Ágata, la patrona de las mujeres luchadoras y que han sufrido o sufren cáncer de mama. Como cada año, este 5 de febrero la capilla de delante de la Plaza del Rey ha celebrado una eucaristía presidida por el cardenal Lluís Martínez Sistach con motivo de la festividad de Santa Ágata.

La tradición

Precedida de la misa, se ha realizado la bendición del símbolo de la santa encarnado en comida. Del mismo modo que los otros años, los víveres consistían en panecillos en forma de pecho y naranjas benditas, que las voluntarias repartían fuera de la iglesia a aquellas personas que hacían cola para poder adquirirlos. En el momento de la salida, el arzobispo emérito de Barcelona ha advertido de la peligrosidad de las escalas que conecten el edificio con la plaza del Rey, el mismo lugar donde Fernando II el Católico cayó.

La patrona de las luchadoras y de las extirpaciones de pecho

Ágata era una niña huérfana pero adinerada que el gobernador de Sicilia quería tener como mujer. Ella, fiel a su fe y a su compromiso de ser virgen, rehusó la propuesta. Su prometido enfureció ante su negativa y la condenó a ser martirizada: ordenó que le cortaran los pechos. Es por eso que Santa Ágata es patrona de este colectivo de mujeres con cáncer de mama pero también de mujeres con una gran capacidad de lucha.

La larga cola ha estado llena de gente que había sufrido en primera o segunda persona circunstancias difíciles, ya fuera por alguna dolencia del pecho como por alguna situación en la que luchar era imprescindible.

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...