Mons. Taltavull: «La persecución dirigida a los cristianos se ha incrementado»

Mataró celebra la gran fiesta de las Santas Juliana y Semproniana, símbolos de mártires de siempre y de hoy

Les Santes de Mataró han llegado a su punto álgido con la celebración de la Misa de la Gloria, la tradicional eucaristía en honor de las patronas de la ciudad, Juliana y Semproniana; dos mártires con el vínculo de la fe cristiana. Como es tradición, se ha celebrado esta misa mayor en la basílica de Santa María de Mataró, este año presidida por el obispo Sebastià Taltavull y concelebrada por el párroco y vicario episcopal, Mn. Segimon Garcia, también por Mn. Jesus Sanz y por Mn. Joan Cuadrench, así como por todos los sacerdotes y diáconos hijos de Mataró o que sirven a las parroquias de la ciudad y la región.

Siguiendo esta tradición de mediados del siglo XIX, instaurada por Mn. Manuel Blanch, la celebración ha contado con la parte musical operística basada en las partituras compuestas por este mismo sacerdote.

Los cristianos deben ser fuertes

En su homilía, el obispo auxiliar de Barcelona recordó a los asistentes la memoria «siempre actual de la persecución de los cristianos» que, desde la fiesta de las Santas del año pasado, «se ha incrementado». Por este motivo, compartió algunas de las palabras de Jesús, en el momento de la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc, 23,34), y porque Él pide que en medio de la situación la reacción de los cristianos sea la de justicia y la misericordia y no la de la provocación violenta ni la venganza.

«Es un hecho innegable que también hoy, como a lo largo de los siglos, los cristianos suficientes veces se nos quiere convencer de la inutilidad de nuestra fe y por ello, al no ceder, se nos rechaza fácilmente […] La memoria que hoy hacemos de las Santas Juliana y Semproniana tiene para nosotros un profundo sentido de testigo valioso y estímulo para vivir nuestra fe cristiana y la concordia como pueblo «, dijo Taltavull.

Capgrossos y fiesta popular

Terminada la misa salieron en procesión la urna de las reliquias de las santas para recibir el homenaje de la ciudad. En su honor tuvo lugar el baile ceremonioso del Águila y los capgrossos en medio de la plaza de la basílica, llena de todos los mataronenses, y el vuelo de palomas. Posteriormente, las comparsas siguieron su camino hasta la plaza del Ayuntamiento.

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