Mariona Téllez: «Tenemos que ser la luz de los pasos de mucha gente y actuar como una madre»

Testigo sobre Comunidad de Santo'Egidio desde la experiencia de una de las portavoces y voluntarias de la entidad

Esta semana, siguiendo el eje de los pobres del Plan Pastoral Diocesano ¡Salgamos!, llega el testimonio de Mariona Téllez,  voluntaria de la Comunidad de Sant’Egidio en Barcelona. Con solo 15 años, descubrió la comunidad y, hoy en día, continúa colaborando con la misma pasión que cuando empezó, años atrás, y ejerciendo como una de las portavoces de la entidad. Téllez asegura que Sant’Egidio «la ha hecho crecer como persona y descubrir que los pobres no son ni un número o una carpeta, sino amigos, amigos con historias». Así, desde su experiencia y con una larga trayectoria con la entidad, nos acerca a la que denominan «la gran familia de amigos de Sant’Egidio» y a los retos por los cuales trabajan. 

En las periferias y a los periféricos

La Comunidad de Sant’Egidio nació el 1968. Una vez cerró el Concilio Vaticano II, Andrea Riccardi en un instituto del centro de Roma creó esta comunidad cristiana, dedicada al servicio de los pobres. Tal como explica la entidad, «con los años se ha convertido en una red de comunidades que se ha extendido por más de 70 países y que dedica una especial atención en las periferias y a los periféricos». 

Hombres y mujeres de edades diversas, colaboran como voluntarios, igual que Mariona, y así se entrelazan en un vínculo fraternal basado «en la escucha del Evangelio y en el trabajo voluntario y gratuito por los pobres y por la paz». En este sentido, Mariona afirma que se trata de una «gran familia de amigos alrededor del Evangelio y alrededor de la plegaria. Aprendemos del Evangelio a encontrar los pobres, y son ellos los que después nos acercan al Evangelio y a Jesús»

Desde la comunidad tienen como referentes fundamentales: la oración, los pobres y la paz. Tres pilares de los cuales parte su actividad que se traduce en diferentes acciones con y para los amigos de Sant’Egidio.

En tiempo de pandemia, cerca de Jesús

En Barcelona, Sant’Egidio tiene el comedor social la Casa de la Solidaridad, así como, varios centros de acogida ubicados en los diferentes barrios de la ciudad. Mariona Téllez explica cómo en el momento de la pandemia, miraron de responder con la máxima rapidez aplicando las medidas de seguridad necesarias para procurar que la ayuda no cesara. 

A la vez, muchos se solidarizaron con la entidad. «Estamos viendo ganas de ayudar a la gente por parte de la sociedad. Personas que se preguntan qué hago yo por los otros? Esta ha sido una de las preguntas en el tiempo de pandemia. Un interrogante  que ha acercado las personas a los pobres y estos dan a conocer a Jesús», explica. 

Aparte del servicio que realizan en el día a día, hay datos especialmente importantes como lo es el día de Navidad. Téllez explica que, «celebramos que somos una familia y que nos acompañamos en la vida». Es tan importante y esperada esta cita de Navidad, que explica cómo incluso, ante los impedimentos de la pandemia, este año encontraron la manera de mantener la comida de esta Navidad confinada con todos, celebrando tres comidas de Navidad.

Acoger, la guía para la Iglesia

La Comunidad de Sant’Egidio asegura que es muy importante la presencia de la Iglesia, a la cual pide que escuche aquello que el Santo Padre nos dice. «El papa Francisco nos dice que tratamos los pobres como amigos, tal como dice a la encíclica Fratelli Tutti»«Hay que escuchar y acoger sus palabras en que nos pide: ser directos, simples y determinados. Tenemos que ser la luz de los pasos de mucha gente, y actuar como una madre acogiendo los pobres. Esta tiene que ser nuestra guía», añade.

 

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